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Con 54 años, Tyson vuelve al cuadrilátero para enfrentarse a Roy Jones
Mike Tyson subió a un escenario iluminado por incontables reflectores y dio un peso de 220 libras. Se arrancó la camiseta para revelar un torso musculoso que bien podría pertenecer a un atleta de la mitad de su edad.
El ex monarca de los pesados, de 54 años, ingresó en un gran cubo de cristal, como medida de protección contra el COVID-19, y se encaró con Roy Jones Jr., quien alguna vez fue considerado el púgil más talentoso en el mundo. Con un peso de 210 libras, el cuerpo de Jones lucía ligeramente menos tonificado, pero evidentemente tampoco reflejaba su edad de 51 años.
Los dos contendientes son ahora más viejos y lucen más tranquilos. Pero volverán a un cuadrilátero este sábado por la noche, con la intención de recapturar algún destello de su pasado brillante. Y ambos han trabajado duro para evitar cualquier bochorno en su combate de exhibición.
“Ésta es la parte divertida”, dijo Tyson, quien peleará por primera ocasión en 15 años. “Todo lo demás que implicó llegar aquí fue un infierno”.
La pelea en el Staples Center está pactada a ocho asaltos y fue aprobada como una especie de sesión con un sparring. Cada asalto durará dos minutos, no habrá jueces oficiales y buscará limitarse el daño que puedan infligirse los dos contrincantes. Pero esto último depende de a quién se le pregunte, si a la Comisión Atlética de California o a los dos contendientes.
Pero para Tyson y Jones, este espectáculo único que se transmitirá por la televisión en Azteca 7 no es tanto un encuentro deportivo amigable. Se asemeja más a una oportunidad de que dos deportistas trascendentes muestren que la edad es sólo un número.
Tyson parece sorprendido por la sucesión de hechos que lo llevó de vuelta al ring. Confiesa que de joven no se imaginaba como un marido y padre maduro que tuviera la urgencia de perder 50 kilogramos (100 libras) hace un par de años para cuidar su salud.
“No veo la vida como algo relacionado con la edad. La veo como energía. No pones tu edad sobre la mesa. Pones tu energía. No vas por la vida diciendo: ‘Hola, soy Bob. Tengo 59 años’. No haces eso”
“Tal vez yo no sepa cómo pelear suave... no lo sé. No quiero decir algo incorrecto. No quiero que la Comisión se disguste conmigo”