Comunicar a la Roosevelt
“Roosevelt dominó nuevas técnicas mediáticas y las utilizó brillantemente para ganar simpatías y dominar a críticos. Pero nunca las usó para dividir y conquistar”.
Apenas una pequeña parte del fascinante libro “Los Presidentes vs. La Prensa” que recuenta una acre batalla entre estos dos poderes en los Estados Unidos (EU).
Trump es tan sólo el último ejemplo de una relación súper tensa que inició desde el mismísimo George Washington, que para nada era fan de los periódicos de su época, que por cierto eran muy poco objetivos. Estaban divididos por simpatías partidistas.
Franklin Delano Roosevelt (FDR) resalta como un gran comunicador que tomó el control con sus “Fireside chats” para hablar directamente a través de la radio (la novedad) con los estadounidenses.
A FDR le tocó gobernar durante dos épocas muy duras: la gran depresión y la segunda guerra mundial. A pesar de estar paralizado de la cintura para abajo (polio) siempre proyectó una imagen fuerte.
Fue tal su éxito que gobernó por 12 años, y hasta ganó un 4º periodo, pero murió al inicio del mismo (en ese entonces en EU no había límites respecto al número de cuatrienios en el poder).
A pesar de ser empático y directo, FDR también fue muy duro.
“En la búsqueda de grandes logros —resucitar la economía y derrotar a Hitler— podría ser despiadado, impaciente, demandante, intolerante y engañoso. Era encantador, pero también podía ser un bully”, explica el libro.
¿Cuáles fueron los secretos de FDR para ser uno de los más efectivos comunicadores en la historia presidencial de EU?
Derivo 8 valiosas lecciones del libro:
1. Conocer y aprovechar medios y vías. FDR tuvo experiencia periodística y aprendió secretos (y errores) de la comunicación de dos presidentes: su primo Teddy y Woodrow Wilson (FDR fue subsecretario de Marina). Fue un maestro de ver el potencial de la radio para llegar directo a su audiencia. FDR dio 30 “fireside chats” y 998 conferencias, también innovadoras en esa época.
2. Claridad y relevancia. Jerarquizar mensajes importantes. Aprovechar la plataforma en momentos cruciales, como la 2ª guerra mundial. Nunca “abaratar” la figura presidencial. Balance entre accesibilidad y relevancia.
3. Llamar a la acción. Muchas veces FDR pedía a la población, “a sus amigos”, realizar alguna acción específica.
4. No engañar. FDR conocía a fondo el detalle de lo que comunicaba. No lo pescaban en “datos alternativos”; opinaba con fundamento. Aun la mejor plataforma publicitaria se agota si se abusa de ésta.
5. Empatía. Con periodistas, a los que frecuentaba inclusive socialmente. Pero sobre todo con la población. Con el ciudadano de a pie que en su tiempo vivió presiones y estrés.
6. Hacerlos parte del mensaje. Discursos aterrizados en lenguaje, tono y sin condescendencia. El éxito fue increíble. Decenas de millones de estadounidenses sintonizaban sus “fireside chats”.
7. Humor. Aun siendo un gran Presidente y uno de los hombres más poderosos del mundo, su sentido del humor e ingenio se hacían presentes con frecuencia.
8. Práctica. FDR fue un “natural” de la comunicación. Instintos, simpatía e improvisación. Pero tenía un equipo de expertos y producía scripts y coreografías detallados. Practicaba como si fuera novato.
Ciertamente que este genio de la comunicación y de la política no fue “monedita de oro”; tenía sus bemoles. Pero su balance es inmensamente positivo. En la era de la disrupción, sus lecciones siguen siendo valiosas para cualquier líder. Seguro alguna te sirve.
Curiosamente, YSQ aplica muchas de estas técnicas. Aunque duela, también es un genio de la comunicación. El problemita es que sus ideas son terribles, abusa de su plataforma y la utiliza para mentir, dividir y engañar.
Mientras FDR utilizó su genialidad para transformar para bien a EU y defender al mundo del mal, por acá las cosas pintan muuuy distinto.
Es común que líderes populistas sean también grandes comunicadores. Genios malévolos que utilizan sus poderes para convencer a los incautos a seguirlos al precipicio.
Parafraseando al Chapulín Colorado: ¡Síganme los ingenuos!
En pocas palabras... “Los sabios hablan porque tienen algo que decir; los tontos hablan para decir algo”. Platón