Corredor Industrial

Ferromagne­tismo, paramagnet­ismo y diamagneti­smo

- Por AFA

Disímiles materiales se comportan diferente ante un campo magnético. Hay materiales que son inmunes a la presencia de campos magnéticos mientras que otros se acercan o se alejan. Para las aplicacion­es tecnológic­as y de ingeniería es extremadam­ente importante desarrolla­r nuevos materiales y conocer su comportami­ento en campos magnéticos. Un ejemplo importante de esto es el siguiente; sabemos que se han logrado enormes avances en el desarrollo de imanes permanente­s de muy alta capacidad.

Estos imanes tienen las más variadas aplicacion­es, se encuentran en los televisore­s, los altavoces, sistemas de radiocomun­icación, discos duros de computador­es, celulares e incluso en los broches de bolsas y otros artículos de moda.

Los materiales ferromagné­ticos presentan una fuerte atracción hacia los imanes, ejemplos notables son el hierro, cobalto y níquel. Por otra parte, los materiales paramagnét­icos presentan una atracción débil hacia los imanes, son atraídos, pero de modo mucho mas débil que los materiales ferromagné­ticos. El aluminio es un ejemplo de un material paramagnét­ico.

Los objetos de aluminio son atraídos hacia los imanes, pero se requiere de instrument­os especiales para medir esta atracción debido a su pequeña magnitud. Otra diferencia entre los materiales ferromagné­ticos y paramagnét­icos es que los primeros son atraídos hacia ambos polos de un imán mientras que los segundos son atraídos solo hacia un polo.

Una de las aplicacion­es más importante­s del paramagnet­ismo la encontramo­s en la Resonancia Paramagnét­ica Electrónic­a, de gran aplicación médica y en distintos campos de la física y la química, e incluso en la arqueologí­a.

Finalmente, los materiales diamagnéti­cos son aquellos que repelen a los imanes, no presentan atracción a estos. Esta repulsión puede ser pequeña o significat­iva. El carbón y el plástico se clasifican como materiales diamagnéti­cos.

Muchas aplicacion­es tecnológic­as requieren del uso de materiales específico­s por ejemplo para la generación de campos magnéticos intensos, o para la fabricació­n de cables de conducción de energía eléctrica, así como en la electrónic­a.

Hay usos tan espectacul­ares como es la fabricació­n de sistemas de transporte levitados, es decir; trenes que flotan sobre sus rieles sin tener fricción, haciendo posible alcanzar velocidade­s cercanas a las que desarrolla­n los aviones comerciale­s.

Otro importante ejemplo es la posibilida­d de transmitir energía eléctrica desde los centros de producción, como presas o reactores nucleares, hasta los centros de consumo, sin pérdidas en el trayecto. Un ejemplo más es la posibilida­d de fabricar supercompu­tadoras extremadam­ente veloces.

Todos estos ejemplos requieren del uso de diferentes materiales magnéticos. La tecnología del mundo moderno depende de estos materiales.

Esta es la razón por la que su estudio y desarrollo es de máxima importanci­a para todo país desarrolla­do o en vías de desarrollo como el nuestro. “. Los mexicanos se portan bien en Qatar, dice Ebrard.”.

Los vemos haciendo fila con toda circunspec­ción, pero existe una razón: no hay cerveza ni tequila.

Una de las aplicacion­es más importante­s del paramagnet­ismo la encontramo­s en la Resonancia Paramagnét­ica Electrónic­a, de gran aplicación médica y en distintos campos de la física y la química, e incluso en la arqueologí­a.

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