Disfrutan del partido en pantalla gigante
Emoción al límite se vivió en la Plazuela Miguel Hidalgo, donde seguidores estuvieron disfrutando del partido entre México y Argentina en el mundial de Qatar 2022.
Luego de que autoridades municipales colocaron una megapantalla para transmitir el partido en vivo, poco a poco niños, jóvenes y adultos hicieron pausa en sus actividades, para presenciar el encuentro.
Tras el arranque del partido vino el nerviosismo, la alegría, las porras y muestras de apoyo hacia la Selección Mexicana, enviándole las mejores vibras en su segundo partido del Mundial.
Las cornetas y las banderas de México no faltaron, y fueron portadas con el máximo orgullo por los asistentes quienes también iban vestidos con playeras del tricolor.
Tal y como se esperaba, un partido lleno de emociones, los irapuatenses vivieron al máximo cada una de las jugadas de México, sin embargo al minuto 64 cayó la primera anotación del partido por medio de Messi que significó el principio del fin de las aspiraciones del Tri de un resultado positivo.
El tercer partido de la Selección Mexicana se transmitirá el miércoles 30 de noviembre en la plazuela Miguel Hidalgo a partir de las 12 del mediodía.
Y llenan restaurantes
Desde una hora antes, familias enteras, grupos de amigos o en solitario, fueron llegando a los diferentes restaurantes de la ciudad para poder disfrutar del partido México-Argentina.
Especialmente en los restaurantes y bares que se encuentran en el estadio Sergio León Chávez, los aficionados al fútbol comenzaron a llegar desde poco antes de las 12:00 del mediodía.
Aunque todos se encontraban conviviendo, riendo y echando porras a la Selección Mexicana, también se notaban caras y gestos impacientes por que iniciara el partido.
Llegó el momento, el reloj marcó la 1 de la tarde y sonaron los himnos nacionales, primero el de Argentina, seguido del Himno Nacional mexicano.
El juego inició y las caras impacientes cambiaron por rostros de tensión, pues desde los primeros minutos nuestra selección peleaba y se acercaba peligrosamente a la portería argentina.
En todos los restaurantes se escuchaban gritos como “¡no…! ¡Eso!”, y las infaltables porras a la selección.
“Nosotros llegamos ya tarde, pero es que no queríamos estar encerrados, y pues decidimos venir a ‘conbeber’ aquí”, dijo un aficionado que llegó con un grupo de amigos a uno de los restaurantes.
“Pues solo vinimos nosotros, quería ver el partido y pues mejor salimos todos a comer, aquí encontramos lugar, llegamos temprano, también, para no estar todo el día en la casa”, dijo un padre de familia, que disfrutó de la comida y bebidas junto a su esposa e hijos.