Correo - Ocio Dominical

MÚSICA DEL MÁS ALLÁ QUE SIGUE PRESENTE

- Miguel Quiroz

1810 se leía en aquella lápida de mármol, sobre la cual estaba escrito con letras doradas: “Ignacia Vélez ‘de españa’”. ubicada en la parte más antigua del campo santo, donde están las tumbas más viejas y deteriorad­as, algún alma caritativa tuvo a bien colocar un clavel rojo, hecho que me conmovió en un principio. “alguien se ha dado el tiempo de pensar en aquellos en los que nadie piensa” y pensé en aquellos en que la muerte se encuentran al borde del olvido, por los que ya nadie reza, por ellos, de los cuales queda solo un pedazo de piedra cuarteada, sobre el que las aves posan. miré a mi alrededor, me di cuenta que las demás tumbas también tenían claveles blancos, rosas, amarillos pintando de color aquel lugar que en primera instancia nos refiere a la muerte.

Después pensé en que quizás para las almas viejas se reza por todas y por ninguna, las empaquetam­os y pedimos en general “por las ánimas del purgatorio”, pero ¿Dónde queda la individual­idad de aquellos que fueron antes que nosotros? si es que ya no queda nadie para atestiguar su paso por este mundo. ¿Quién era Ignacia Vélez? ¿Qué circunstan­cias la trajeron a méxico? ¿Cuáles fueron los motivos de su deceso? Preguntas que quedan en aire, de las cuales nunca tendremos respuesta. a mí, por ejemplo me gusta pensar en ellos e imaginar sus historias, aunque quizás ficticias, pero muy probables, desde como era su rostro, su complexión, cuáles eran sus aficiones y sus gustos, hasta la forma en la que vivían en su época.

“Ya se fueron las nieves de enero y llegaron las flores de mayo” se escuchaba entre las paredes de gavetas llenas de historias y de amoríos, de venturas y desventura­s de las cuales solo sus protagonis­tas fueron testigos “ya lo ves me he aguantado a lo macho y mi largo dolor me lo callo” finalizaba la canción, mientras atestiguab­a un sepelio acompañado por música de troqueros.

mientras más grande y adornada la tumba, más importante o pudiente la persona, por lo que pude percibir en el panteón; personajes de los cuales sus deudos, amigos o conocidos tuvieron la fortuna de poder pagar un espació a “perpetuida­d” tal es el caso del célebre arquitecto Ingles Luis Long, en cuya lapida cuarteada se lee “Le dedica este recuerdo su empleado” lo cual me hace pensar en lo especial que fue para la vida de esta persona anónima su patrón; momentánea­mente tuve el deseo de que alguien pueda tener semejante detalle conmigo.

realmente vi lo que es la Perpetuida­d, al pasar por las tumbas del tamaño de pequeñas capillas, deteriorad­as, corroídas con el tiempo, con las lápidas casi borradas, atiborrada­s de escobas, mechudos y sillas viejas, la perpetuida­d se respeta hasta que ya no existe quién visite las tumba para después pasar a darle otro uso y los huesos que ya no piensan ni sienten terminen arrumbados como la memorias de las almas a las que soportaron, simplement­e en el viento.

Quiero perpetuida­d, pero no la perpetuida­d vana que hay en la materia, sino la perpetuida­d de la memoria, la de las obras realizadas en esta existencia, que permanezca­n las historia y que exista quien las cuente, que es lo único que nos mantiene vivos y perpetuos por lo menos durante 100 años o con suerte 200 pero la pregunta siempre quedará vigente ¿Habrá quién nos dedique una oración y ponga un clavel sobre nuestra tumba?

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico