Obstáculos a la honestidad
Como hemos dicho, en la mayor parte de los casos esta falta de honestidad no es consciente, sino que se debe a obstáculos contra los que todos luchamos y que no siempre son fáciles de sortear. Las malas experiencias que hayamos sufrido en el pasado, el miedo, la envidia, la ambición, la avaricia… son muchos los elementos que nos pueden llevar a tener un diálogo insincero con nosotros mismos, a hacernos perseguir metas que realmente no nos interesan ni nos hacen felices. Cada uno, dependiendo de nuestras experiencias vitales, tenemos obstáculos diferentes que salvar y, hasta que no lo hagamos, no seremos honestos con nosotros mismos.