DICÍFIL DECISIÓN

Hace un año y nueve meses, ‘Andrea’ de 26 años, recurrió a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) a las siete semanas de gestación, para que sus padres no se enteraran, y porque su ex pareja le insistió en que abortara. Su entonces novio argumentó que no estaban listos para tener un hijo.

El 3 de enero del 2016, una amiga acompañó a la joven a una clínica especializada en la colonia Roma, de la CDMX, donde programaron una cita.

“Si eres foránea las clínicas te hacen descuento, normalmente está como en 4 mil pesos, pero si eres de otro estado te cuesta como 2 mil 500, es una mentira que es caro. Fue difícil tomar la decisión, no es algo que se deba tomar a la ligera”, comentó ‘Andrea’.

Refirió que en el lugar había más jóvenes esperando. Al llegar su turno, una ginecóloga la revisó para confirmar las semanas de gestación que presentaba, y luego la pasaron a una sala donde le dieron una pastilla con la que comenzó a sangrar. Posteriormente la llevaron a quirófano para practicarle el aborto.

“Te ponen anestesia (…) la enfermera me decía: no te duermas, cuéntame cosas. En realidad no me dolió, sólo sentí

una tipo aspiradora dentro, le daba vueltas y sacaba un tubo. La doctora me dijo que usaría unas tijeras grandes que son para sacar los residuos, me pidió que no me moviera, y después con algo rasposo comenzó a limpiar también.

Eso fue todo”, relató.

Al finalizar le dieron un jugo y estuvo dos horas en una sala de recuperación antes de volver a casa.

‘Andrea’ reconoce que en ocasiones llora al recordar ese día, pues la invade el sentimiento de culpa, debido a su educación católica. Se siente herida cuando se refieren como ‘asesinas’ a quienes deciden abortar. Narró que ocultar el hecho a sus padres la hundió en la depresión y la angustia.

“He ido a terapia para que me ayude a entender, más bien para que me ayude a superarlo, cada quien tiene sus motivos, yo lo hice porque tenía los míos, me sentía sola pues ni el apoyo de él ni el de mis padres, sabía que al decirles que estaba embarazada me iban a correr de la casa, era miedo, ahora lo comprendo todo”, comentó.

Asegura que quedaron secuelas, pues su ginecóloga le advirtió que le será difícil volver a concebir, pues al parecer la aspiración afectó su matriz.