LUIS ERNESTO: 8 AÑOS DESPUÉS DEL ‘AFFAIRE’ DIF ESTATAL
Hay personajes que tienen la suerte de vivir un segundo aire en político o mostrarse con protagonismo. Es el caso de Luis Ernesto Ayala Torres quien hace exactamente 7 años creyó que la voluntad del entonces gobernador Juan Manuel Oliva para combatir actos de corrupción en su administración era topara donde topara.
Ese día se daba La confirmación por parte de la desaparecida Secretaría de la Gestión Pública de presuntas irregularidades en el DIF estatal.
La dependencia fiscalizadora era encabezada en ese momento por Ayala Torres. En el centro de la polémica mediática estaba Marta Martínez, esposa de Oliva, aunque, evidentemente, las observaciones fueron para quienes tenían un cargo administrativo.
Aquella mañana de 2011, el gobierno del estado informaba la renuncia de Aída Angélica Silva Castillo como directora del DIF. Según el comunicado la exfuncionaria tomaba esta decisión con el fin de facilitar el desarrollo de la auditoría que realiza la Secretaría de la Gestión Pública al DIF.
“La funcionaria mostró total disposición para atender los asuntos que en su momento fueron requeridos por la Gestión Pública, con el fin de dar continuidad y llegar al término de la auditoría”, decía el texto.
Entre las anomalías detectadas está la adquisición de bienes informáticos por un importe superior a los precios de mercado, uso de bienes para fines distintos y falta de probidad en el cuidado y el uso de los recursos públicos. Se encontró que había actitudes de prepotencia, trato poco amable, tardanza en la atención y diversas deficiencias en la Coordinación de Planeación e Informática.
Ocho años después, Luis Ernesto está de regreso después de aquel trago amargo en su paso por el DIF estatal y que en algún momento lo llevó a decir que no regresaría más a la política.
Primero, la candidatura emergente de Héctor López para la alcaldía en 2015 y luego la invitación de Diego Sinhue desde la gubernatura a ser su número 2 lo llevó a concluir que un político nunca debe decir de esa agua no he de beber.