Camina año tras año con una fe renovada
José de Jesús Hernández Moreno se dedica a la industria de la construcción y tiene 28 años, de los cuales durante los últimos 12 años ha ido, sin falta, caminando a San Juan de los Lagos.
“Empecé con el propósito de pagar una ‘manda’: un hermano mío, más chico que yo, estaba en peligro de morir por una enfermedad, y por más intentos que se hacía con médicos, pues no mejoraba. Se lo encomendamos a la Virgen de San Juan y de repente, su salud mejoró y pues, en pago, me propuse ir a San Juan de los Lagos caminando”, relata.
“Después –explica-, ya lo hice por gusto; porque me agradó esa experiencia, y ahora no nada más va conmigo el hermano que se salvó, sino todos mis otros cuatro carnales”. Refiere que desde que comenzó su peregrinar a la Virgen de San Juan, “me gustó hacerlo antes de la salida de la caravana principal, por eso lo hacemos en la tercera semana de enero, para no ir con tanta gente”.
Con zapatos tipo ‘burra’, para que aguanten piedras y todo tipo de terreno, con unas cobijas a la cintura y suéteres, José de Jesús ya tiene experiencia en su peregrinaje.
“Me gusta empezar caminando y hasta que me canso me detengo. Mis hermanos siguen unos, otros me esperan, pero a mí me gusta darle hasta que me canso, llegue a donde llegue, y si ya nos agarró la noche, podríamos decidir que en el lugar donde paramos ahí nos quedamos a dormir, para luego seguirle por la mañana, y ahora sí hasta que lleguemos”, menciona.
“Casi ya no me salen ampollas –confiesa-, aunque depende del tipo de calzado que traiga puesto, pero por eso ya sabemos que hay que llevar zapatos que aguanten el ritmo. Ya cuando llegamos ante el altar, le agradezco a la virgencita lo que nos ha dado durante el año, salud y trabajo”, concluye.