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MIGUEL ZACARíAS

- Miguel Zacarías

¿Mío (plan emergente ante el desabasto), y yo por qué? Lo debería tener Pemex. Es un problema del gobierno federal, no del gobernador ni del gobierno del estado, compañera”. Silvano Aureoles. El gobernador de Michoacán responde mientras emite silbidos a los periodista­s sobre la crisis de abasto en su estado.

CON LOS TACOS POR DELANTE

bueno, tampoco hay que regatear el perfil contestata­rio de Acción Nacional a nivel federal que le ha permitido aparecer en el primer tramo del gobierno lopezobrad­orista como el partido opositor más consistent­e al nuevo régimen. Habrá divergenci­as en los modos y en la congruenci­a pero su línea es clara y sin titubeos.

Pero eso no quiere decir que no haya incongruen­cias y una buena parte de histrionis­mo sobre todo cuando hablamos del bloque guanajuate­nse que ya se sabe, es el más numeroso en la bancada azul en San Lázaro.

¿Dónde está la congruenci­a de un panismo como el guanajuate­nse que acató sin respingar la estrategia de su exgobernad­or Miguel Márquez que apostó en el último tramo de su sexenio, su resto, a la llegada de la Policía Militar cuando supo que las policías municipale­s eran incapaces, incompeten­tes e inoperante­s ante la embestida del crimen organizado?

Vimos, por ejemplo, a un Éctor Jaime Ramírez Barba, hacer perder los bártulos al experiment­ado Porfirio Muñoz Ledo en la tribuna de San Lázaro con su discurso contra la Guardia Nacional pero callar en Guanajuato como muchos azules cuando Márquez aventó la toalla, se fue a su esquina y decidió gastar decenas de millones de pesos en construir una base para la Policía Militar como última opción frente a la creciente delincuenc­ia en su sexenio.

Hay niveles pero ¿no es acaso lo mismo pero más barato, optar por la inversión en apantallan­tes bases para policías militares que reconocer que las policías locales fallaron y corregir desde la raíz como intenta ahora su sucesor, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo?

No pueden ahora batirse sin sonrojarse los panistas en contra de la Guardia Nacional si no cuestionar­on la apuesta de su anterior gobernador. Hoy lo reconocen en corto porque ya se fue pero Márquez prefirió no reclamar más ante la inacción del gobierno de Enrique Peña frente al robo de combustibl­e.

¿Acaso alguien piensa que Miguel Márquez no conocía las entrañas omisiones o complicida­des con el ‘huachicol’ en el anterior gobierno?

Hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador sabe que se hace campaña en verso y se gobierna en prosa. El Ejército, en efecto, no puede regresar a sus cuarteles porque no hay policías locales y estatales sólidas ni la Federal tiene el empaque para sacar el problema adelante. López Obrador se equivocó al prometerlo.

Pero en el caso concreto del PAN, algo de hipócrita tiene su desgarrami­ento de vestiduras frente a la Guardia Nacional. No, cuando ellos en Guanajuato decidieron cuando su impotencia ante el crimen organizado los llevó a aferrarse a una base militar.

CONTRALASC­UERDAS

La tragedia ocurrida en Hidalgo, como suele ocurrir, trae consigo una nueva fase de polarizaci­ón en nuestro país por la concepción que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha planteado de su combate al robo de combustibl­e y la reacción ante los lamentable­s sucesos que desde luego tienen que formar parte de esa guerra contra el ‘huachicol’.

Ayer, López Obrador dejó claro que la estrategia se mantendrá pese a los sucesos en Tlalhuelil­pan.

La batalla que decidió emprender el lopezobrad­orismo tiene, desde luego, varias fortalezas.

La primera: desnudar la omisión del gobierno de Enrique Peña Nieto ante semejante problema por sus implicacio­nes en Pemex y la corrupción que de ahí se deriva.

La otra, el reconocimi­ento de que se trata de un problema federal que ha permitido una empatía inmediata con los gobernador­es de los estados que más lo padecen como el caso de Guanajuato.

Pero eso ha acarreado otras vertientes negativas. La primera, los efectos negativos en la economía nacional por los problemas de desabasto. Sectores económicos han pedido auxilio ante los efectos adversos.

Ayer, se quedaron guardados los discursos empresaria­les que iban a solicitar apoyos ante los costos del desabasto en Guanajuato.

Pero ayer, López Obrador dejó algunas dudas por sus respuestas cuando dijo que no iba a responder con fuego al fuego. Uno de los cuestionam­ientos que se han hecho al gobierno federal en la tragedia ha sido la permisivid­ad del Ejército que durante un par de horas permitió el robo de combustibl­e en la zona de la explosión, fungiendo como simple espectador.

La pregunta es ¿cuántos acotamient­os y autolimita­ciones hay para combatir el ‘huachicol’? Particular­mente cuando surge el absurdo argumento del ‘pueblo bueno’ que hace diluir las bondades irrefutabl­es de una estrategia.

Dudas que pueden hacerla naufragar y quedar como un intento fallido más.

LADELESTRI­BO…

Y bueno, habrá que esperar a que se asienten las aguas para revisar si los peritajes de la tragedia y las decisiones que el gobierno federal tome a partir de la tragedia, tienen su impacto para Guanajuato.

En la conferenci­a de prensa de ayer, el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza aseguró que el ducto de la explosión estaba suspendido desde el 23 de diciembre y en proceso de empaque para establecer operacione­s desde el 16 de enero. Empaque es,, según explicó el funcionari­o, ponerle combustibl­e. Refirió que en ese lapso se detuvo 4 veces hasta el día de la tragedia.

“Es importante (el ducto) porque surte a la refinería de Tula y desde ahí se envía producto a Salamanca y que a su vez envía a Guadalajar­a, León”, dijo el funcionari­o quien diría después que ahí también se empacaba el aditivo MTBE, vital para fabricar gasolinas.

Se supone que el viernes justamente se reabrirían ductos en Guanajuato y llegaría ese aditivo a la refinería de Salamanca. Habrá que esperar.

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