Recordar es volver a grillar
TOÑO GUERRERO: LA DIRIGENCIA AZUL DE BAJO PERFIL
De las guerras santas que distinguían al panismo en la década de los noventas a los dedazos de personajes experimentados, hoy el PAN leonés está bajo la conducción de un personaje de muy bajo perfil que no hace mucho ruido mediático: Antonio Guerrero Horta.
Hace exactamente un año, respaldado por regidores, diputados locales y federales y un grupo de panistas, el exdiputado local y actual funcionario de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano del Gobierno del Estado, Antonio Guerrero Horta, se registró como aspirante a la dirigencia municipal del PAN y virtual candidato único.
Hubo un tiempo en el que en el PAN, había disputas por las dirigencias municipales que resultaban todo un espectáculo de pugnas. La última de ellas en 2010 entre Mayra Enríquez (qepd) y el propio Salim.
Una batalla épica porque era el primer round de cara a la disputa por la alcaldía en la que Salim resultó triunfador
Pero significó mucho más porque era el enfrentamiento de la candidata del alcalde de León en turno, Ricardo Sheffield, y del gallo del gobernador, Juan Manuel Oliva.
Nunca antes se había dado esa circunstancia en la que de manera abierta dos gobernantes azules abiertamente disputaran una posición clave.
A Guerrero Horta lo acompañaron entre otros, el diputado federal Éctor Jaime Ramírez Barba, la diputada local Alejandra Gutiérrez Campos y los síndicos del Ayuntamiento Christian Cruz y Leticia Villegas Nava.
Hoy, el PAN leonés vive una calma chicha. Hay que recordar que Guerrero Horta es el consenso entre grupo, un consenso alcanzable porque ya no había contrapesos adentro.
El único que había hecho ruido antes de partir a Morena era Ricardo Sheffied quien dentro del PAN articuló una visión opositora que incluso le dio un cariz interesante al panismo.
Y mire lo que son las cosas. En aquel 2010, Sheffield y Salim se dieron con todo y ocho años después se reconciliaron.
Después de Miguel Salim, el PAN leonés tuvo como líder a Arturo Falcón y luego a Alfredo Ling quien tuvo un desempeño sobresaliente como dirigente del PAN opositor en tiempos del barbarismo.
Como líder en el regreso del PAN al poder, se desdibujó. El PAN supo que tampoco necesitaba un personaje experimentado.