HÉCTOR ANDRADE
Sólo los radicales, como en la mítica “Rebelión en la granja” de George Orwell, van quedando con poder en torno al líder supremo de Palacio Nacional, los moderados que creyeron que habría mesura, sentido democrático y sensatez, han ido perdiendo filos y se arrumban en los rincones del viejo palacio virreinal, construido como fuerte ante el miedo de rebelión.
Este jueves, mientras se anunciaba que 93.2 por ciento de las empresas de México registraron al menos un tipo de afectación por la contingencia sanitaria, el presidente Andrés Manuel López Obrador cambió a su titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, luego de que finalmente Javier Jiménez Espriú no resistiera más las decisiones presidenciales y de plano le dejara la cartera. En la ceremonia, AMLO indicó que hubo controversia y diferencias irreconciliables entre ambos y por ello aceptaba su renuncia, a lo que Jiménez ratificó su posición. Así, el presidente informó que Jorge Arganis Díaz Leal es el sustituto en la SCT.
El ingeniero Arganis, de 80 años, ya conoce el modo de operar de López Obrador, fue su Director General de Obra Pública cuando gobernó la Ciudad de México entre el año 2000 y su desafuero en la primera mitad de 2005. Él es, entonces uno de los hombres clave en la manera como se construyeron los segundos pisos en el periférico de la capital del país, tema celosamente guardado por la 4T.
Los tres, por cierto, son hombre formados en la políticaw de los años setentas del siglo pasado. Aunque el nuevo titular de la SCT formó parte de la vieja ICA.
La renuncia de Jiménez Espriú fue por la militarización de los puertos y aduanas por parte del Presidente, que por cierto ya no sale de los cuarteles. Le advirtió el exsecretario de Comunicaciones que esta decisión traerá severos daños a la economía nacional y problemas operacionales. El presidente lo desdeñó y Jiménez mejor se fue.
El presidente se queda sólo con su ideario, propio del grupo de los jolopos más nostálgicos del poder, del que se rodea, exfuncionarios de la época de José López Portillo, cuando el tabasqueño era priista admirador de la jauja petrolera. A su lado, el pequeño grupo que pretende blindarlo, cuidarlo de los “infiltrados”, de los “conservadores con piel de liberales” que critican entre sus compañeros, lo aleja más y más de la realidad nacional.
Se habla nuevamente en redes que ya hay más personas dispuestos abandonar el barco. Inclusive se rumora la cavilación del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, para mantenerse en la dependencia, han sido muchos ya los choques y actos despóticos en su contra, hasta en público. Se recuerda que hace un año se fue por las mismas razones, su anterior secretario de Hacienda, Carlos Urzúa.
AVISO DE OCASIóN
Sobre los datos del INEGI, la Encuesta sobre el Impacto Económico generado por COVID-19 (ECOVID-IE) nos presenta que 93.2 por ciento de las empresas mexicanas han sufrido efectos negativos por la pandemia y la contingencia sanitaria que devino. 91.3 por ciento cita que sus ingresos cayeron; mientras que 72.6 por ciento de las empresas consultadas perdió ventas o no tuvo demanda de servicios.
En el mismo tenor la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera ya nos ofreció su radiografía de los saldos de la pandemia en la primera mitad de 2020: 90,000 negocios bajaran sus cortinas y desemplearan a 300,000 trabajadores. Veremos que dice el presidente de esto.