¿Quién escribió esta historia?
Abrumados por un confinamiento sin fin, con una pandemia adueñada del entorno y consumiendo poco a poco la paciencia y la vida de muchos habitantes del mundo, del país y de nuestro estado querido, hoy quisiéramos que esto fuera tan sólo una historia mal contada.
Tratando de leer los signos discursivos encerrados en la declaración de la oms, por medio de su director general tedros adhanom ghebreyesus, acerca de que estamos inmersos en una pandemia que se vive cada siglo con efectos sentidos por décadas, así como su correlación con que hay más de 150 compañías farmacéuticas trabajando en la búsqueda de una vacuna que se aplicará hasta inicios de 2021, entendemos que esta historia aún tiene muchas páginas por escribir.
Aunado a lo anterior, se aprecia Un escenario político muy confuso y discordante donde no se vislumbra una estrategia o política pública que nos brinde esperanzas de pronto superar el impacto del coronavirus. hoy la federación sigue hundida en la incompetencia para asumir acciones contundentes, que privilegien la preservación de la vida y salud de la población gobernada, con un subsecretario de salud extraviado en declaraciones distantes de una realidad que nos tiene como el tercer país con más muertos por causa del covid-19.
Hoy hemos podido admirar a un presidente de la república viviendo en un mundo imaginario de rifas y transformaciones inexistentes, que cual reencarnación de nerón canta y se burla mientras el país se incendia y amenaza con caerse en pedazos, hundido en una caída económica del orden de -18% y apreciaciones
de un incremento de la pobreza en más de 10 millones de habitantes, además de inundaciones muy dramáticas en estados del norte.
Quisiéramos saber quién escribió esta historia, para entender la lógica de la recomposición de la vida en el mundo, pues para donde volteemos sólo vemos desesperación y cansancio ante una cuarentena extendida, con miles de comercios cerrados y una sociedad apagada. historia que nos permite voltear a ver las grandes epidemias que ha padecido la humanidad, para evitar cometer los mismos errores y reconocer con humildad que somos pasajeros de la vida, que esto es efímero y que el tiempo se consume, que debemos buscar la paz y armonía como sociedad.
Quien escribió esta historia se ha ensañado con el nudo y se ha olvidado de la aparición espectacular de un protagonista que traiga orden, que emprenda la gran batalla para luchar valientemente contra un virus asesino que ha cobrado más de 700 mil vidas y que tiene postrados a casi 18 millones de habitantes en el planeta. quizá hoy seamos cada uno de nosotros quienes debamos tomar la pluma y escribir las siguientes páginas de este relato.
Quizá debamos organizarnos más como sociedad y asumir cada uno la responsabilidad de nuestro destino, tal vez ya debamos escribir las páginas del desenlace donde exijamos que nadie circule sin cubrebocas, que todos nos organicemos para conservar una distancia saludable que nos libre de posibles contagios y adoptar conductas disciplinadas ante las prescripciones sanitarias, cuidarnos y cuidar a los demás.
Hoy debemos hacer de este alto
En el camino, una oportunidad de reflexión sobre las necesidades de conservación social, de revaloración de la familia, el trabajo, el ambiente, la interacción humana y de nuestro papel en un mundo que al parecer está llegando a su fin, pero que aún nos otorga la responsabilidad de fraguar el mejor destino.
Ahora debemos alzar la mirada y vernos como los grandes afortunados, que seguimos de pie cuando miles han caído, que somos la generación sobreviviente a la pandemia del siglo, del siglo de la tecnología y los adelantos científicos que no pudieron detener a un enemigo microscópico y que aún habremos de escribir muchas páginas antes que esta historia finalice.
Si como seres humanos no somos capaces de vernos escribiendo nuestra historia, seremos las marionetas de un mundo convulsionado.