LA CAPTURA DEL ‘MARRO’: COMO ANILLO AL DEDO Eque
s una de las notas más importantes del sexenio y vaya momento en el
se da. La detención de José Antonio Yépez ‘El Marro’ (en operación conjunta de fuerzas estatales y el Ejército) representa sin lugar a dudas un bálsamo tanto para el gobierno federal como para el estatal, ávidos de un logro en medio de las adversidades y problemas que enfrentan ambos.
Nuestros políticos suelen tener no sólo una escasa estatura sino un nulo sentido del trabajo en conjunto. Tragicómica la forma en que morenistas y panistas, se enfrascaron en un duelo de reconocimientos y reproches según sus simpatías políticas cuando todo indica que en efecto, se trató de un trabajo conjunto de inteligencia entre el Estado y la Federación.
Y ese justo es el gran mérito de esta detención que por supuesto no representará el fin de la violencia en Guanajuato (quizá vengan jornadas más aciagas) pero sí, el fin de una larga búsqueda que incluyó algunos intentos fallidos de capturarlo.
Para el gobierno federal y su tambaleante posición frente al crimen organizado, la detención es un golpe certero de uno de los delincuentes más buscados aunque su influencia sea regional.
Para el gobierno estatal, el golpe esperado desde el arranque del sexenio de un
Diego Sinhue quien a diferencia de su antecesor que optó por no moverle mucho, se trazó como un objetivo la pacificación de la entidad con resultados aún discutibles.
En tiempos de polarización y confrontación, justo cuando el mandatario se había encarrilado en la rebelión de los gobernadores contra el subsecretario de Salud federal, Hugo López Gatell, la detención de ‘El Marro’ es una muestra de que la sintonía no se perdió en temas de seguridad.
Lo que vimos ayer es el producto de las acciones opuestas a lo que se vivió en el sexenio anterior entre Enrique Peña y Miguel Márquez: el robo de combustible en pleno auge, un cartel poderoso que sentaba sus reales en el Estado, corporaciones de seguridad que no metían las manos, Pemex replegado y con funcionarios involucrados en el negocio, gobernantes que miraban hacia otro lado.
El balance en cifras para las autoridades locales y federales sigue siendo adverso. El “Abrazos no balazos” y “El Golpe de Timón” están lejos de ser exitosos como estrategias de combate al crimen organizado pero frente a las omisiones del pasado con la detención de ‘El Marro’ revive la esperanza de que los índices de violencia en el estado, puedan disminuir en el mediano plazo.
Pero ojo, ya sabemos que la detención de un capo de la droga no representa el aniquilamiento de un grupo delincuencial aunque se supone que el Cartel de Santa Rosa de Lima ya estaba debilitado por otras detenciones y este podría ser un golpe mortal.
Eso está por verse porque no sería la primera vez que la caída de un capo, recrudece la violencia y la lucha interna de ese grupo. Una vez más estará sobre la mesa esa cantaleta de un grupo criminal debilitado y acorralado que sostienen funcionarios locales.
Guanajuato padece una espiral de violencia justamente por la pugna entre dos cárteles y los gobiernos presumen que combaten a los dos por igual aunque los golpes más espectaculares los ha recibido en Guanajuato el de Santa Rosa de Lima.
Detenido ‘El Marro’, la guerra contra el crimen no se termina. Entra en una nueva fase. Los gobiernos estatal y federal reciben su tanque de oxígeno.