Escritores y periodistas
El pasado 13 de junio se celebró el Día del escritor y un mes antes (12 de mayo), el Día de comunicólogo. Se llama escritor a quien tiene el oficio de producir obras para su difusión. El comunicólogo, por su parte, es el que produce elementos comunicacionales también para masificarse (tik toks, mensajes de radio, televisión, artículos, cartones –ahora llamados memes–, etc.). No obstante, aunque el producto sea audiovisual, durante su concepción y planeación debieron escribirlo, por lo que de igual forma deben dominar la técnica escrita.
De la actividad comunicacional, quien mayores rasgos de identidad tiene con el escritor es el periodista. Aunque es un límite muy sutil, se diferencian en que el material del escritor se caracteriza por la creatividad de la historia para el entretenimiento.
Hay escritores que son periodistas. Eso depende del tiempo que le dediquen a cada actividad. El periodismo demanda inmediatez, particularmente por el interés de la información. El reportero recaba la noticia; el editorialista lo comenta, destaca o contextualiza; el articulista analiza con profundidad todo ello o un aspecto relevante a su juicio (no con amplitud, porque eso sería un reportaje) para sustentar una opinión personal (noticias y reportajes, presuntamente no deben tenerlas). El escritor, en tanto, puede abordar temas no necesariamente recientes. Desde luego se nutre de los acontecimientos y desarrolla historias ficticias (cuento, novela o narración literaria; son ficticias porque fingen, imitan la realidad). Ambas actividades trabajan con temas de interés humano (porque tocan aspectos que mueven emociones de nuestro género).
Tanto escritor como periodista se valen de técnicas para la producción de sus textos. Pero el periodista se apega a hechos, a datos comprobables; en tanto el escritor puede recurrir a recursos como la fantasía para lograr el efecto emocional en su lector. No significa que el escritor sea estrictamente un mentiroso. Juan Rulfo (El llano en llamas,
Pedro Páramo) decía: «Todo escritor que crea es un mentiroso; la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación».
La estructura de los textos también varía enormemente. En ambas actividades, cada párrafo es una idea concreta. De igual forma, en ellos el conocimiento del idioma es fundamental, tanto en la forma de enunciarse (gramática y ortografía), como en el uso coloquial y académico de vocablos. Sin embargo, otro de los elementos diferenciadores es la estructura de sus textos. En periodismo siempre se presentarán los datos (incluso en la argumentación de los artículos de opinión) del más importante al menos relevante. En literatura hay un sinfín de alternativas porque lo más importante es interesar al lector y en ocasiones lo intrincado atrapa.
Y he ahí una última diferencia. En periodismo, el lector es un receptor de datos; en literatura, el lector debe trabajar, deducir, adelantarse para resolver la historia (sea cuento, relato o novela).
Felicitaciones a los escritores, maestros de la escritura.