1.- UG: después de la pandemia… una plaga
Se le llama ‘ratón de biblioteca’ al erudito que devora un libro tras otro. La expresión es una realidad en la biblioteca ‘Doctor Jesús García Soto’, de la División de Ciencias Naturales y Exactas (DCNE) de la Universidad de Guanajuato. Primero la pandemia, y ahora una plaga de roedores, impide a estudiantes, docentes y demás personal regresar con tranquilidad a las instalaciones. Una denuncia anónima evidenció la suciedad que prevalece aún después de una primera limpieza, cuyos resultados no se aprecian. Desechos de los ratones contaminan libros, equipo de cómputo, los pisos, toda superficie posible. Mientras el responsable de la biblioteca argumentó que heces y orina de estos animales no causan severos daños, personal administrativo decidió que con fumigar bastaba. Sin embargo, directivos del campus pidieron una solución definitiva, de la que nadie quiere hacerse cargo. La DCNE se encuentra en la zona de Noria Alta, en la capital del estado, cerca del Río Guanajuato. Las visitas de la fauna local son frecuentes. Así aseguraron estudiantes de enfermería, quienes perdieron un espacio cómodo para estudiar por miedo a encontrarse con una rata. Personal del área teme que los hagan regresar a laborar en semejantes condiciones. El pasado miércoles, decenas de aspirantes acudieron a este campus de la UG para presentar examen de admisión. Por fortuna para la imagen de la institución, la biblioteca permanece cerrada, el sucio secreto está a salvo. Tras ver las evidencias, es difícil comprender el grado de negligencia, de verdadera desidia. La situación que enfrentan en la División de Ciencias nos hace pensar si otros campus construidos en zonas cerriles padecen lo mismo, si sólo se mantienen impolutas las sedes utilizadas en eventos protocolarios, para la foto. Tras sufrir una crisis sanitaria, es injusto obligar a alumnos, profesores y trabajadores, a lidiar con otra.