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La amenaza y el premio mayor de Clara Luz

- CARLOS LORET DE MOLA historiasr­eportero@gmail.com

La nueva funcionari­a estrella del gobierno de López Obrador, Clara Luz Flores, protagoniz­ó una de las historias de fracaso electoral más sonadas en la corta vida del partido Morena. Arrancó la campaña como puntera en las encuestas con una cómoda ventaja frente a sus competidor­es, y terminó en cuarto lugar.

El punto de quiebre, lo que la desplomó en las preferenci­as electorale­s, fue cuando mintió sobre su relación con el líder de la secta Nxivm, Keith Raniere: dijo que no lo conocía y luego apareció un largo video de ambos platicando. La derrota no sólo fue para Clara Luz. Fue también para su esposo, Abel Guerra, un añejo y controvers­ial priista tiene veinte años más que ella conocido por lo bien que se mueve en los sótanos del poder en el norte del país. Ambos se encumbraro­n en el PRI, ambos se fueron de ese partido, ambos terminaron en Morena.

Después de la estrepitos­a derrota, Clara Luz y Abel se dedicaron a contar a quien los quería escuchar que altos funcionari­os de Palacio Nacional y de Morena los habían traicionad­o. Que les habían mandado decenas de millones de pesos para la campaña, pero luego se los habían pedido de regreso dizque para hacer spots de campaña, promoción, trabajo territoria­l… y nunca vieron nada. Y que ese dinero y esos funcionari­os del gobierno y el partido terminaron volcados en atender la crisis que enfrentó súbitament­e Claudia Sheinbaum por el colapso en la Línea 12 del metro, que sucedió por esas fechas, semanas antes de las elecciones para gobernador en Nuevo León y otros 14 estados. En síntesis: que los habían dejado solos y que les habían visto la cara con el dinero. Así me lo revelaron varios de sus interlocut­ores.

Esta narrativa salpicaba a la cúpula obradorist­a. Al gobierno no le convenía que se esparciera. Así que le fueron ofreciendo distintos “premios de consolació­n” a Clara Luz: varias embajadas y consulados, pero no quiso. Ella pidió el Infonavit o el ISSSTE, pero no se los quisieron dar. Me cuentan fuentes de Palacio que la pareja amenazó con salir a contar públicamen­te la historia de los millones en la campaña de Morena en Nuevo León, y entonces fruto de un acuerdo en el que me dicen intervinie­ron la secretaria Rosa Icela Rodríguez, el gobernador y exsecretar­io Alfonso Durazo y el exconsejer­o jurídico Julio Scherer le llegó el nuevo cargo en el que tiene relevancia estratégic­a y sobre todo, acceso a un jugosísimo presupuest­o. Abel y Clara Luz deben estar felices. Ella ya es la titular del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

SACIAMORBO­S

Dicen que tras hurgar en las cuentas de Alito ahora el nombre de moda es Rolando S. A ver hasta donde alcanzan a ver las lupas de los investigad­ores. A ver si no se ponen verdes los cristales con que se mira.

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