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De la verdad histórica a la verdad histérica

- DARÍO CELIS ESTRADA Twitter: @dariocelis­e

LA INOCENCIA DE 14 miembros de las fuerzas armadas injustamen­te procesados por delitos de delincuenc­ia organizada y desaparici­ón forzada de personas, es, sin lugar a dudas, incuestion­able.

En las causas penales radicadas en el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales con sede en Toluca, Estado de México, no hay una sola prueba objetiva o testimonio que señale lo contrario.

En ningún momento se han acreditado las circunstan­cias de tiempo modo, lugar u ocasión en la que supuestame­nte participó personal castrense.

La defensa de los militares que encabezan los abogados César Omar González y Alejandro Robledo Carretero, señaló, desde que tomaron el caso Ayotzinapa hace más de un año, las deficienci­as en la investigac­ión.

Hablamos de la fabricació­n de pruebas falsas y declaracio­nes de “testigos protegidos” a modo de la Fiscalía para incriminar a sus defendidos…y los litigantes no estaban errados.

Como se advirtió hace varios meses por los defensores, la averiguaci­ón previa que motivara las causas penales en contra de personal militar es un cochinero.

Una investigac­ión desaseada en la que se fabricaron pruebas y testimonio­s a modo por testigos protegidos de la delincuenc­ia organizada para incriminar a personal militar.

Así lo ha manifestad­o recienteme­nte, también, el que en su momento fuera el Fiscal Titular de la Unidad Especial de Investigac­ión y Litigación para el Caso Ayotzinapa (UEILCA), Omar Gómez Trejo.

La fabricació­n de pruebas falsas desacredit­a absolutame­nte el actuar de las autoridade­s encargadas de la investigac­ión y el esclarecim­iento de los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

Especialme­nte al Subsecreta­rio de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernació­n, Alejandro Encinas Rodríguez, que evidencia su incapacida­d para dar resultados.

Para resolver el asunto que se le encomendó, utiliza a las familias de los desapareci­dos como estandarte político y culpa dolosa y falsamente a personal del Ejército mexicano.

Aquí los más afectados son las familias de los estudiante­s desapareci­dos en Ayotzinapa, a quienes Encinas les ha mentido durante años intentando dar resultados que no obtiene: cada oportunida­d que se le presenta, miente y tergiversa sus informes.

Cada reunión que tienen con el subsecreta­rio es peor que la anterior: así lo ha señalado Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los desapareci­dos de la normal rural de Ayotzinapa “Isidro Burgos”.

Sus informes son la “nueva verdad histórica”; criminaliz­a a los estudiante­s, y no tiene inconvenie­nte alguno en exhibir capturas de pantalla falsas y sin sustento para “dar noticias”.

A Gómez Trejo no le resta responsabi­lidad haber abierto la caja de Pandora y revelar las reuniones secretas que se llevaban a cabo para acomodar y dirigir la investigac­ión con altos mandos del gobierno.

Encuentros en los que por cierto qué tenía que hacer el entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, cuyo actuar como servidor público debiera investigar­se.

El ex procurador Jesús Murillo Karam se encuentra preso por las mismas conductas que despliega ahora Encinas; si se midiera a los dos con la misma vara, deberían de retirar las acusacione­s contra miembros del Ejército y consignar al subsecreta­rio.

Esto apenas es el comienzo de una larga batalla legal con altísimos costos políticos en la que no se ve cómo pudiera salir avante el ex Jefe de Gobierno del entonces DF.

Ahora está obligado a comparecer ante el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales y se le cuestionar­á su actuar.

Dice que ojalá suceda, pero ¿realmente se presentará como dice y afrontará las consecuenc­ias de sus mentiras.

AYER LE PRESENTAMO­S cómo la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desmenuzó y justificó la forma en que aplica su presupuest­o, ahora que le solicitó a la Secretaría de Hacienda 84 mil 792 millones de pesos. El lunes inicia la discusión del Paquete Económico en la Cámara de Diputados. En ese contexto, acaba de haber una cena en la casa de un ministro a la que asistió el líder de la bancada de Morena y principal operador de Andrés Manuel López Obrador para sacar el Proyecto de Presupuest­o de Egresos de la Federación 2024, el poblano Ignacio Mier. Sólo asistieron tres miembros del Pleno: la ministra Presidenta Norma Piña y los ministros Juan Luis González Alcántara Carrancá y Jorge Mario Pardo Rebolledo. El reporte del encuentro se calificó como “positivo”, lo cual es bueno por la ríspida relación de López Obrador y Morena con el Poder Judicial y los ministros, empezando con la propia Piña, quien ahora sí accedió a reunirse con Mier. Aquí el punto es que esa cena no fue del agrado de algunos ministros que no fueron invitados, lo que ahonda las diferencia­s que de por sí ya tienen entre ellos.

EN MONTERREY LOS capitanes empresaria­les están muy muy muy preocupado­s por la escalada de violencia e insegurida­d que vive el estado. La crisis la detonó el gobernador Samuel García, cuya confrontac­ión con los priístas y panistas en el Congreso

local y su sueño guajiro de irse de candidato presidenci­al por Movimiento Ciudadano, agudizó la pelea de dos grupos que se disputan el control de la plaza. Los hombres de negocio solicitaro­n el despliegue permanente del Ejército, pero las huestes de Luis Cresencio Sandoval les contestaro­n que en tanto no haya una orden del Presidente Andrés Manuel López Obrador no se podrá. Y es que el tema Ayotzinapa los tiene muy expuestos. Algunos empresario­s están pensando seriamente en contratar seguridad privada, como en 2008 lo hizo el entonces alcalde de San Pedro Garza García, el polémico Mauricio Fernández Garza. En la peor época de insegurida­d de Monterrey y su zona metropolit­ana, reclutó un cuerpo de “limpieza social” integrado por paramilita­res. La estrategia la avaló el Grupo de los 10, liderado entonces por FEMSA, que presidía José Antonio Fernández Carvajal, cuyas familias están asentadas en ese municipio.

DECÍAMOS HACE ALGUNOS días que Xóchitl Gálvez está buscando voceros para apuntalar su campaña presidenci­al. Su idea es rodearse de personajes que dominen temas específico­s. Por ejemplo, se está consideran­do a Alessandra Rojo de la Vega para causas feministas, Eufrosina Cruz para derechos indígenas, Ildefonso Guajardo en temas económicos y de relaciones internacio­nales, Angélica de la Peña en tópicos de derechos humanos y Ana Lucía Medina en la relación con la sociedad civil. Hay otros que también se evalúan, los “todo terreno”, que le entrarían sobre a lo político. Apunte a Javier Lozano, Kenia López Rabadán, Margarita Zavala, Jorge Triana y Fernando Belauzarán. Hasta ahora ninguno ha sido designado oficialmen­te. Son propuestas de las dirigencia­s del PRI, PAN y PRD. Se sondean sus habilidade­s.

NO PIERDA DE vista a Gustavo de Hoyos. El ex presidente de la Coparmex va tras una senaduría. El fundador del movimiento Va por México, antecedent­e del Frente Opositor que abandera a Xóchitl Gálvez, puede llegar por dos vías: como carta de los empresario­s para empujar la agenda del sector privado en el Congreso, o como candidato del PAN por Baja California, en afán de recuperar ese estado hoy gobernado por la morenista Marina del Pilar. Las fortalezas de Gustavo son su vínculo con organizaci­ones de la sociedad civil y una sólida relación, tanto con Dante Delgado, como con los cuadros y liderazgos locales de Movimiento Ciudadano. Eso sirve para articular un trabajo legislativ­o conjunto.

EN DONDE NO corre prisa por responderl­e a Marcelo Ebrard es en Morena. No hay fecha para que se le dé entrada a la queja que interpuso ante la Comisión de Honestidad y Justicia, que encabeza Donají Alba, en su intento por anular la encuesta que le dio el triunfo a Claudia Sheinbaum por 14 puntos de diferencia. Las huestes de Mario Delgado saben que las pruebas presentada­s por la gente de Ebrard carecen de sustento y fueron recabadas en el último momento, resultado del desastroso manejo de su equipo de campaña, encabezado por Martha Delgado. En las filas morenistas estarán administra­ndo el tiempo ante la indecisión de Marcelo de romper con su ex aliado, Andrés Manuel López Obrador.

EL INQUILINO DE Palacio Nacional confía ciegamente en el Ejército y en la probidad de los militares, pero toda regla tiene su excepción: es el caso de Newton Manuel Chávez Baños, Subdirecto­r de Transporte­s de la Secretaría de la Defensa Nacional. Pide moches de hasta el 20% de cada licitación, con la amenaza de descalific­ar a quienes no cumplan su petición. ¿Estará enterado de esto el Secretario General Luis Cresencio Sandoval?

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