PREJUICIOS
KENIA LECHUGA HA SUPERADO LAS CRÍTICAS Y APUNTA A UNA MEDALLA DE ORO EN MUNDIAL DE REMO
De niña, Kenia Lechuga no sólo debía derrotar a sus adversarias en cada competencia de remo... También a los prejuicios. De complexión delgada y baja estatura, la deportista norteña escuchó en innumerables ocasiones que no tenía la talla para destacar en el remo, barrera que hizo añicos el 8 de septiembre de 2023, cuando le dio a México una histórica medalla de plata en la Copa del Mundo celebrada en Belgrado, Serbia.
"Mi gran meta, mi gran sueño, es ser campeona del mundo", compartió en entrevista con El Universal. "Justo logré subirme al podio en el segundo lugar... ¡Cerquita! Y fue la primera medalla para México en remo en un Mundial”.
“Siempre, cuando buscan gente para que empiece a remar, siempre buscan gente alta. Yo mido 1,62 y antes era muy flaquita. Me decían que no iba a poder ganar nada con esa altura”, pero Kenia superó las expectativas.
Ganar el segundo lugar solamente reforzó sus aspiraciones, porque ella ya contaba con la determinación de ser campeona. "Es algo que he trabajado desde siempre, que está en mi cabeza, el podio mundial, y ahora que lo conseguí, sigo siendo la misma, porque la transformación vino desde antes, no soy diferente por esa medalla".
LESIÓN NO LA FRENÓ
Cuando recibió la noticia, el miedo invadió a Lechuga. No era para menos. Familiarizada con lesiones menores, la mejor remera mexicana en la actualidad debía someterse a una operación en la cadera y no sabía si podría volver a practicar la disciplina que le ha dado todo.
Era el primer semestre de 2023 y los Juegos Olímpicos París 2024 parecían simple utopía. Hoy, son una realidad para Kenia Lechuga, quien desde pequeña ha superado la adversidad, por lo que el quirófano no la derrotó.
"Fue la primera lesión que me había hecho parar. Normalmente, son contracturas o cosas tranquilas, por las que bajas un poquito el ritmo, pero nunca había sido parar así, estar desde cero", narra la atleta. "Me puse muy nerviosa, estaba como asustada, tenía mucho miedo de que ya no me permitiera seguir remando".
No fue así, pero Lechuga admite que esto "fue como una llamada de atención para mi cuerpo. Salí súper rápido. La operación fue todo un éxito y me hizo valorar muchísimo más cada competencia y cada día de entrenamiento, además de cuidarme y darle gracias a mi cuerpo por todo lo que hace", agrega la neoleonesa.
París 2024 serán sus terceros Juegos Olímpicos y por supuesto que sueña con una medalla, pero considera que lo más importante para cualquiera es disfrutar el presente.