A 10 AÑOS DEL ÚNICO EJERCICIO DEMOCRÁTICO INTERNO DEL PRI
Fue la única elección abierta del PRI en lo que va de este siglo en Guanajuato y representó la consolidación del dominio del entonces senador Gerardo Sánchez quien se convirtió en el factótum del PRI en Guanajuato a partir de su arribo a la cámara alta en la última época dorada del tricolor en el país.
El entonces desconocido Santiago García López ganaba la elección de presidente estatal del PRI con 2,889 votos, contra 1,859 de Alejandro Lara Rodríguez y rompía los pronósticos que hacían favorito a este último como representante de la corriente arroyista que así, comenzaba su declive mientras.
Santiago García conseguía el 59.43% y Lara el 38.24%, de acuerdo con su cómputo de los 46 municipios.
“Nadie creía en nuestro proyecto. Nadie creía que podíamos derribar una roca de toneladas y toneladas”, decía García López.
Eran las primeras palabras luego de un triunfo que agrupó en un bloque a Miguel Ángel Chico, Bárbara Botello y Gerardo Sánchez, quienes desafiaron a Francisco Arroyo.
Los arroyistas se quejaron entonces de que les ganaron a la mala, con malas artes, con prácticas arcaicas pero en ese momento aplicó la conocida frase de: a puñaladas iguales, llorar es cobardía.
Fue una elección que representó un parteaguas para el tricolor porque la alianza Botello-Chico-Sánchez duró un suspiro. El líder de la CNC agandalló todo mientras que la entonces alcaldesa de León, estaba muy entretenida en el gobierno leonés. Miguel Ángel Chico, a la distancia, no obtuvo nada.
Del otro lado, Arroyo, empezaba a ver pasar sus mejores tiempos. Parecía el comienzo de una nueva era en el priismo en la que se terminaba con un cacicazgo y desde el regreso a Los Pinos se podría tejer una nueva embestida en Guanajuato del tricolor.
Pero todo se fue por la borda porque la alianza de Chico, Botello y Gerardo tronó a las primeras de cambio y sucedió lo de siempre en el tricolor: el franquiciatario en turno quiso agandallar todo para sus cuates, desde la dirigencia hasta las candidaturas.
No hubo un proyecto con perfil institucional. Gerardo Sánchez se quiso comer solo el pastel con perfiles muy pobres y la exclusión de quienes no congeniaran con sus dictados. Como en antaño.
Ninguno de los 4 permanece hoy en un PRI que se extingue, entregado a su otrora adversario histórico.