SHEFFIELD, BOTELLO Y EUGENIO: HACE 15 AÑOS, COMPETIDORES; HOY, DE LA 4T
Hace 15 años, con tan solo un día como candidatos a la alcaldía de León, Bárbara Botello, Ricardo Sheffield y Eugenio Martínez Vega. La primera de ellas por el PRI en una primera oportunidad; el segundo, por el PAN y, a la postre, ganador; y el tercero por el Partido Verde.
Hoy, ninguno de los tres militan en los partidos que los postularon. Sheffield se fue del PAN en 2018 y pasó a Morena. Hoy es procurador federal del Consumidor mientras que Martínez Vega no solo se despidió del Verde, sino que se acercó al propio Sheffield con quien ha hecho mancuerna desde hace tres años.
Por su parte, Bárbara Botello es la de más reciente incursión a Morena, aunque vaya que ha levantado polvo pues intentó ser candidata a la gubernatura y luego a la alcaldía de León. Parecía que nuevamente lo sería, pero desde las alturas morenistas la bajaron. Hoy, todavía tiene la vela encendida para ser diputada local plurinominal.
El hecho de que estén en Morena no quiere decir que sean aliados entre sí. Salvo, claro, el caso de Eugenio y
Sheffield quienes siguen haciendo click.
No es el caso de la relación de ambos con Botello pues los vínculos han sido tormentosos, por decirlo de una manera.
Ricardo Sheffield fue el panista que le entregó el poder a Botello en 2012 y parecía que la relación sería cordial entre ambos, pero a los meses de haber asumido el poder, la entonces alcaldesa lanzó varios dardos en contra de la gestión de su antecesor al punto que el tema llegó a los órganos fiscalizadores.
De unos años a la fecha, la relación entre ambos ha tenido altas y bajas, pero es más cercana a la frialdad. No se han enfrentado en Morena abiertamente aunque el grupo Sheffield resultó beneficiado tras el bajón a Botello como candidata. La nominada para León resultó ser una cercana a Sheffield.
En el caso de Eugenio Martínez y Botello la disputa ha sido más descarnada. Ni siquiera terminaron bien su coincidencia como binomio en el poder entre 2012 y 2015, pues incluso cuando se definió el interinato de Octavio Villasana, resultó ser el tercero en discordia luego de que Botello no pudo dejar a su favorito para sucederla y el propio Eugenio aspiró -sin éxito- a ser el alcalde interino.
Ahí la ruptura no tuvo vuelta de hoja porque no ha habido ninguna coincidencia ni guiño.
Lo cierto es que, en los siguientes años, necesariamente sus historias se van a cruzar porque cada uno seguramente tendrá un espacio para el protagonismo.