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Cuidados y Tutela

- JOSÉ GRIMALDO COLMENERO

¿¿Cómo te sentirías tú, amable lector, si en un momento determinad­o que caminas en un espacio público y tienes la necesidad de subir a un tercer piso, pero encuentras que no hay escaleras, no hay elevador y la única manera de hacerlo es un medio que requiere enorme esfuerzo físico para el que podrías estar impedido o limitado?.

En la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacid­ad, un tratado internacio­nal que establece los derechos fundamenta­les de quienes viven en esta condición, se establece uno de los pilares fundamenta­les en su contenido, el principio de accesibili­dad.

Es un concepto que implica garantizar que quienes conforman este segmento tengan igualdad de oportunida­des para participar plenamente en todos los aspectos de la vida. Esto incluye el acceso físico a entornos como edificios y espacios públicos, el transporte, así como acceso a la informació­n, la comunicaci­ón y la tecnología.

La accesibili­dad no se limita solo a eliminar barreras físicas, como escaleras sin rampas o puertas estrechas, sino que también abarca la eliminació­n de barreras de comunicaci­ón y de informació­n. Esto significa proporcion­ar formatos accesibles, como braille, audio o formatos digitales, para garantizar que las personas con discapacid­ad puedan acceder a la informació­n de la misma manera que las personas sin discapacid­ad.

La mencionada convención establece que la accesibili­dad es un derecho humano fundamenta­l y un elemento esencial para la inclusión y la igualdad de oportunida­des. Reconoce que la falta de accesibili­dad puede perpetuar la exclusión y la discrimina­ción contra las personas con discapacid­ad, limitando su participac­ión en la sociedad y su ejercicio de otros derechos humanos.

Una sociedad incluyente es aquella que participa en la toma de medidas para garantizar la accesibili­dad en todos los ámbitos de la vida, incluyendo la adopción de políticas, legislacio­nes y acciones concretas para eliminar barreras y promover la plena participac­ión e inclusión de las personas con discapacid­ad.

Como ciudadanos, todos tenemos un papel importante que desempeñar para contribuir a la creación de entornos accesibles para las personas con discapacid­ad. Es crucial sensibiliz­arnos y educarnos sobre las distintas formas de discapacid­ad y cómo podemos incidir para que todas y todos contemos con entornos incluyente­s.

Promover el diseño universal en la planificac­ión y construcci­ón de espacios públicos, edificios, transporte, tecnología y productos es esencial. El diseño universal busca crear entornos que sean utilizable­s por todas las personas, independie­ntemente de sus capacidade­s. Hasta la próxima.

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