La dieta del efectivo
Pagar con dinero (¡nada de plástico!) la mayoría de las veces es ideal para cualquiera que se sienta sorprendida por la longitud del estado de cuenta de la tarjeta de crédito o el eco de su cuenta vacía. Claro, hay algunas excepciones, como comprar un boleto de avión, pero para cualquier otra haz tu mejor esfuerzo y sólo usa los billetes. Incluso un mes de esta dieta puede darte un entendimiento más comprensible de tus fugas económicas.
PASO 1
Suma tu ingreso mensual, libre de impuestos. Réstale tus pagos fijos (renta, mensualidades, servicios, transporte, teléfono, préstamos), así como la cantidad para tu jubilación o los ahorros.
PASO 2
Usa el efectivo restante como tu dinero para gastos del mes. Si ésta es tu primera dieta, separa 10% como colchón para gastos sorpresa, como una visita al doctor. Recuerda: e-mer-gen-cia.
PASO 3
Divide el resto entre cuatro para darte un aproximado de cuánto puedes usar por semana, y saca del banco nada más esa cantidad sin importar lo pequeña que te parezca.
PASO 4
Monitorea qué tan rápido te gastas tu dinero. Cuando se te acabe, ni modo, ya no hay más para esa semana. Si al final del mes te sobra, pásalo a tus gastos del siguiente. Enjoy!