¡UNA PORRA PARA TI!
ES MOMENTO DE IGNORAR A LOS HATERS Y APRENDER A AMAR NUESTRAS PARTES MÁS ÍNTIMAS. TU SALUD Y TU VIDA SEXUAL DEPENDEN DE ELLAS.
La mayoría de nosotras sobrevivimos con el recuerdo horrible del término “cortinas de carne”, que Spencer Pratt usó para describir la vagina de Lauren Conrad en el programa The Hills. Ahora en 2017, Issa Rae se refiere a ella como broken pussy, en el programa de HBO, Insecure. Nuestra vagina merece respeto, pero al parecer sólo si es simétrica y con olor a vainilla. Desde muy pequeñas se nos imponen estándares ridículos, y no nada más por parte de la cultura pop.
“Las chicas tienen la sensación desde que son niñas de que sus cuerpos son algo demasiado embarazoso, como para hablar abiertamente del tema”, dice la investigadora sexual, Debra Herbenick, profesora de la
Universidad de Indiana y autora de Read my Lips: a Complete Guide to the Vagina and Vulva. Esa vergüenza puede ser observada en algunos comentarios (una conocida continúa haciendo referencia a su vulva como Joey). O hasta en la pornografía común, que sólo reafirma el paradigma de cuerpo de Barbie.
Las consecuencias son duraderas: nuevas investigaciones demuestran que las chicas con baja autoestima genital no disfrutan de la satisfacción sexual, tienen más riesgos de infección y son menos propensas a realizarse exámenes ginecológicos regulares. O sea, que todas esas ideas negativas están poniendo tu salud en un gran riesgo.
Malas vibras
“Puedes tener una relación con tu cuerpo fuera de la recámara y otra bastante diferente en un contexto sexual”, afirma la terapeuta sexual Vanesa Marin. En otras palabras, cualquier vergüenza que sientes acerca de tu vulva, su apariencia, olor, sabor... puede distraerte en la cama o estar indispuesta a dejar que tu pareja se acerque y pueda crear un lazo con tus partes íntimas. Así que no sorprende que el estudio de Herbenick revelara que los sentimientos de ineptitud hacen que sea mucho más difícil alcanzar un orgasmo durante el sexo.
DE LOS USUARIOS DE JUGUETES SEXUALES NUNCA LOS LIMPIA. PARA EVITAR QUE LOS GÉRMENES SE ACUMULEN EN LOS DOBLECES O EN LOS ORIFICIOS Y OCASIONEN UNA INFECCIÓN, LAVA TUS APARATOS CON JABÓN ANTIBACTERIAL Y AGUA CALIENTE DESPUÉS DE CADA USO, DICE LA SEXÓLOGA DE ADAM & EVE, KAT VAN KIRK. LUEGO GUÁRDALOS EN UN LUGAR FRESCO Y SECO. FUENTE: ADAM & EVE
Otra problemática es la versión del nirvana vaginal de la industria pornográfica, sin vellos y labios tan suaves como piel de bebé. “Las chicas se depilan y de repente tienen una mejor visión de sus genitales”, dice la ginecóloga obstetra, Dra. Lauren Streicher, directora médica del Centro de Salud Sexual y Menopausia de Estados Unidos. Una vista libre no sólo resalta cualquier irregularidad perceptible, sino también la dermis se ve afectada y se quiebra como resultado de las constantes afeitadas o depilaciones, las cuales dejan tu zona íntima vulnerable a contraer ETS. El aseo excesivo puede cuadruplicar tu riesgo de infecciones, según un estudio publicado recientemente en Sexually Transmitted Infections (y para echarle limón a la herida, la investigación de Vanessa Schick, en el Centro de Salud de la Universidad de Texas, reveló que algunas mujeres, con percepciones negativas de sus genitales, son más propensas a practicar sexo sin protección).
Algunas jóvenes se encuentran tan preocupadas acerca de su apariencia que incluso dejan de hacerse exámenes pélvicos, pasando por alto resultados que podrían salvar sus vidas. Otras caen en la trampa de la autoestima baja y desarrollan una fobia hacia su vagina, una condición real que llega a ocasionar depresión o abstinencia de situaciones, desde el sexo hasta una clase de spinning.
Aprende a amarla
Repite después de nosotras (aunque a nadie le parezca): es momento de dejar de odiar mi zona íntima. Primero, aconseja Marin, enójate, “¿quieres que la longitud de tus labios sea otro aspecto que debe ser perfecto?” ¡No! Acceder a una ira colectiva puede ayudarte a superar todos los odiosos estándares.
Después, cuídate. Revísate con frecuencia y habla con tu ginecólogo acerca de cualquier preocupación que tengas, desde el olor, el sabor o hasta la apariencia de tus genitales. Ah, y optar por una doctora puede ser mejor que un doctor, dice Herbenick, pues un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine reveló que los médicos y cirujanos recomiendan más labioplastias cosméticas.
A un nivel práctico, procura ver imágenes de genitales reales de mujeres. Marin sugiere buscar en Internet Labia Library (intenta no hacerlo en la computadora de la oficina), una galería con imágenes de vulvas de diferentes usuarias. “Puede ser mucho más fácil observar fotografías de desconocidas que ver la tuya”, dice. Analizarlas te ayudará a darte cuenta de que la perfección es relativa y está sobrevalorada.
Y mientras trabajas en tu seguridad, recuerda que en términos anatómicos estrictos, el aspecto de tu clítoris y de tu vulva no debería afectar tu intimidad. “Una de las grandiosas cosas del sexo es que tu apariencia no tiene impacto en tu capacidad de dar o recibir placer”, afirma la experta. Así que relájate y ama tus genitales, tu cuerpo te lo agradecerá.