Fue diagnosticada con cáncer de mama el 13 de octubre de 2017, curiosamente durante el mismo mes que se celebra la sensibilización hacia las mujeres con esta enfermedad. Se dio cuenta de que tenía una bolita en el seno, tras un fuerte abrazo que un querid
Paco
Es algo que no esperas ni estás preparado para digerirlo tan rápido. Tristemente, relacionamos la palabra “cáncer” con muerte; por suerte, en la actualidad, con un diagnóstico a tiempo hay grandes esperanzas de una recuperación. Un gran amigo nos ayudó a cambiar la perspectiva de la enfermedad, diciéndonos que Jeimi no tenía cáncer, sino una “gripa de seno”. A partir de entonces, jamás usamos la terrible palabra, nuestra respuesta era: “Anda, vamos a arreglar esa gripa. Pongámosle minerales a tu cuerpo” (que eran las quimioterapias). Como pareja de una paciente con cáncer, debemos tener una gran visión del proceso que ella vive para darle el ánimo que tanto necesita, aunque nosotros también sufrimos. Yo la observaba cansada, sin pelo, deprimida, y le decía que debíamos hacer todo lo de siempre; ella me veía con cara de “No entiendes, acabo de salir de una quimioterapia”, y mi respuesta siempre fue: “Sí, pero eso no te va a acabar, al contrario, tienes que seguir haciendo lo que te gusta”.
Uno debe apoyarlas aun con el miedo, que siempre estará presente. Cuando realmente existe amor hacia tu pareja, cuando decides pasar tu vida con alguien, es en las buenas y en las malas. Jamás puede pasar por tu cabeza la idea de que por el padecimiento ya no estarás a su lado, porque no te gustaría que te hicieran lo mismo (en caso de que los papeles se invirtieran). Es una situación de dos.
Uno se cuestiona todo el tiempo si hay algo más por hacer y, a veces, solo queda esperar, como dice una de mis frases favoritas: “Al tiempo, tiempo le pido. El tiempo, tiempo me da. Y el mismo tiempo nos desengañará”. El tiempo en esta enfermedad es tan valioso porque te ayuda a entender lo que ellas están viviendo. Después de la primera quimioterapia, no estás listo para el impacto de las transformaciones, como la caída del primer mechón de pelo; yo decidí apoyarla, rapándonos juntos.
Jeimi
Contar con Paco fue realmente valioso, más cuando comentaba que la moda en nuestra casa era estar pelones, que todos nos pasaríamos la maquinita por la cabeza; me ayudó a quitarme la pena. Sentir su amor me hizo saber que Dios estaba conmigo; me transmitía esa fuerza interior para continuar, sabiendo que tenía una segunda oportunidad.
EL ANDAR DE DOS Jeimi
Ahora miro la vida con más amor; no me había percatado del profundo amor de Paco, no solo en las buenas, sino cuando debía bañarme y llevarme al baño. Aprendí que soy una GRAN fanática de la vida.
Paco
La primera semana preguntaba: “¿Por qué a Jeimi?”. Después entendimos que había una razón, pero saldríamos adelante juntos.