Cosmopolitan (México)

Gran lección 2020

Cerremos ciclos y carguémono­s de entusiasmo día con día (consejo para una chica Cosmo).

- Por MARCELA DE LOS RÍOS

al término de cada año, casi como un ritual, escribo un resumen de lo bueno y menos bueno, haciendo un recorrido de lo vivido durante los últimos meses. Me funciona para dos cosas: agradecer las experienci­as y hacer conciencia de lo aprendido con el afán de recibir los tiempos venideros, ilusionada porque vendrán días positivos.

Hoy caigo en cuenta de que mi ritual resulta un tanto arrogante: ¡como si pudiera controlar el mañana y los años siguientes! A raíz de la pandemia, hemos pasado casi todo el año en confinamie­nto, viviendo con incertidum­bre, pues nos tomó por sorpresa y nadie supo qué hacer. Ahora, he aprendido a vivir cada día como si fuera el último; una frase bastante común que tirábamos al aire y, hoy, la aplico siempre.

Igual, ya valoramos nuestros vínculos. Entre la necesaria protección hacia nosotros mismos y los cercanos, fuimos obligados a voltear a mirarnos, aunque fuese a la distancia; irónicamen­te, fue así que conectamos más cerca que nunca (literal) con nuestras personas. Incluso, dimos vida a un fenómeno de selectivid­ad para cada compra que hacemos, porque creamos conciencia de utilizar solo lo indispensa­ble para cuidar nuestro presupuest­o, ante la incertidum­bre económica y la nueva normalidad (aunque... ¡ojo!, no el regreso a lo cotidiano, porque esto ya no volverá a ser lo mismo).

Aun con todo lo sucedido, yo no lo tomo como un drama, sino como la mejor lección de mi vida –hasta ahora–. Ha sido como una pausa en el tiempo que me permitió aprender a observar, no a ver; a escuchar, no a oír. Entonces ya no esperaré el último día del año para leer mi bitácora y hacer mi ritual; tampoco para encontrar la oportunida­d de agradecer un año más de vida… sino un día.

Llegan a mi mente las personas que no tienen los recursos para lidiar con una enfermedad y pido por ellas –aunque no las conozca– con la esperanza de que les llegue mi sentir. Ahora mismo extraño más que nunca a mis papás, hermanas, sobrinos y amigos. Vivo el amor con mi pareja, como si fuéramos guerreros que luchan por el bienestar de nuestros hijos y de nosotros juntos; hemos logrado una comunicaci­ón más clara y cercana en nuestra relación con ellos.

He aprendido la lección. Solo me queda recordar este año como un gran reto superado, seguir viviendo y valorando el día a día. Cito la bellísima frase de Amado Nervo: “Vida, estamos en paz”.

Vive cada día como si fuera el último.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico