LADY DILEMAS
Dicen que no todo lo que brilla es oro y yo lo aprendí a la mala. Conocí a un hombre en la cafetería donde trabajo.
Todos los días llegaba y compraba su café y un pan; me hacía ojitos y gestos bonitos a los cuales yo contestaba de forma coqueta. Era notablemente mayor que yo, pero teníamos una química muy interesante. Una mañana, mientras platicábamos, de la nada me invitó a salir. Acepté y pasó por mí esa misma tarde. Durante nuestra cita me confesó que era divorciado y estaba abierto a encontrar el amor. Ese día regresé a mi casa emocionada, pensando que había encontrado al indicado. Fue hasta que decidí buscarlo en Facebook que se me cayó la venda: ¡ni divorciado ni disponible! El hombre seguía casado y era padre de cuatro hijos. En ese momento, una tentación se despertó en mi interior: contactar a su esposa para decirle que su cucaracho anda suelto. ¿Creen que sea buena idea? Hasta la fecha es para mí un gran dilema.