El dónde no es un lugar común
Descubramos por qué ocurre lo que cocreamos en nuestra vida.
Atodos, en algún momento, nos asiste el deseo de mirar atrás y hacia adentro, repensar la vida y detenernos en aquellos acontecimientos decisivos que han determinado nuestro devenir. Necesitamos comprender de dónde venimos, dónde hemos estado y, lo más importante, a dónde vamos.
Esta columna no es para hablar de mi proceso de transformación sino de los aprendizajes que descubrí en ese viaje, como corresponde a un ser humano imperfecto, con sus debilidades, virtudes y defectos, con una vida plena de logros y fracasos, que me han enseñado a aprender de cada uno de ellos, hasta llegar a diseñar una vida nueva con mayor serenidad, tranquilidad, bienestar, felicidad y realización como persona.
DESCUBRÍ…
Que somos creadores absolutos de nuestra realidad y que en cualquier momento podemos cambiar nuestra situación actual si aprendemos a invertir correctamente nuestras energías, porque todo en la vida es una inversión y toda inversión genera un retorno positivo, o no. Entonces, advertir este proceso en lo que invertimos tiempo, energía y dinero es fundamental para aspirar a recibir aquello que realmente deseamos y no lo que creemos que necesitamos.
En este andar, nuestros pensamientos son clave, ellos generan una abundante fuerza y vibración constante que justamente nos conecta con el retorno. Como pensamos, sentimos, y como sentimos, actuamos, conectados a la frecuencia universal en la que atraemos personas y eventos que nos acercan o distancian más de lo que deseamos recibir. En el afán de ir tras metas profesionales y financieras, solemos olvidar o afectar nuestros vínculos afectivos con el núcleo familiar, creando el tipo de relaciones disfuncionales que no queremos.
La buena noticia es que –al igual que creamos eso que se presenta sombrío y gris–, podemos diseñar una realidad despejada y de radiante azul celeste, a partir de reordenar la inversión de nuestras energías; es posible iniciar un camino de sanación desde la reconciliación con uno mismo.
Como piensas, vibras, y con esa energía atraes a las personas y los eventos que te mostrarán que es hora de cambiar esa forma de invertir en tu vibración. INVIERTE EN TI al elegir sentirte bien contigo. Si quieres seducir a esa persona que te dé amor incondicional, primero dedícate a ser quien aspiras atraer a tu vida. Siembra la intención de cambiar lo que te aleja de aquello que tanto sueñas. Al invertir en ti a través del amor incondicional, podrás desprogramar tus archivos inconscientes llamados apego, negación y resistencia a lo que es.
Te invito a que te desnudes, porque estamos acostumbrados al disfraz, esa máscara social que portamos por muchos años hasta el día que decidimos quitarla y descubrir quién realmente somos cuando comenzamos a sentirnos muy bien. Libres de equipaje para emprender una nueva faceta de vida, que puede ser tan expansiva como quieras que tu amor incondicional impregne tu entorno.
Nada es lo que parece, todo tiene su razón de ser. Dios o el Universo, lo enmarca todo y nosotros hacemos lo demás.