El Club del Breakup
Dicen que la realidad siempre supera a la ficción y las historias de drama y desamor que mis seguidor@s me han compartido no son una excepción. Elegimos las mejores del mes para ti.
LORD SANTURRÓN
En mi vida, nada me ha impresionado como el caso que les voy a contar. Yo estaba harta de conocer cucarachos en todos lados, así que busqué donde mi mamá y mis tías me dijeron que era el mejor lugar para conocer a alguien bueno. Ahí tienen a su tonta inscribiéndose en los grupos de la iglesia esperando hallar a algún guapo y cuál sería mi suerte, así fue. Empezamos a salir, pero llamó mi atención que justo a la hora de la acción se detenía porque no quería “una relación impura”. Ya se imaginarán mi sorpresa cuando me enteré de que se guardaba sus impurezas para la chica que cantaba en el coro. Moraleja: todos son santitos hasta que alguien les saca sus trapitos.
LORD COLECTIVO
Hace poco vacacioné en una conocida playa mexicana. Desde mi llegada, tuve la sospecha de que conocería a alguien interesante, nunca imaginé que terminaría con un cucaracho rastrero. Justamente al salir del aeropuerto, mis amigas y yo contratamos una especie de autobús colectivo para que nos llevara al hotel; fue ahí donde encontré al susodicho. Ni siquiera estaba guapo, ¡pero tenía un verbo! No quiero hacerles el cuento largo: la última noche juntos ocurrió lo que sabíamos pasaría; al terminar, me dio su número para seguir en contacto y nos despedimos. Ahora, es fecha en que aún le marco porque me dejó con un lindo souvenir: ¡una bendición! Si alguien conoce al Lord Colectivo, hagan favor de avisarle que ya debe unos mesesitos de pañales.
LORD MÚSICO
Lo conocí por medio de amistades en común y pronto recurrió a la vieja confiable: cantarme. Tiene una voz como los ángeles, debo aceptarlo. Además, con su forma de interpretar cualquiera habría caído en sus garras. Un día me dijo que lo habían contratado para un evento en un bar y que no podría visitarme; nada objeté. Pero mientras él estaba en el baño, su celular sonó y –como buena tóxica que soy– sentí la tentación de pegar mi oreja a la puerta, simplemente para alcanzar a escuchar algo. ¡Bendito mi sexto sentido! El cucaracho acordaba con otra mujer para recogerla más tarde; aparentemente, lo que tenía no era un evento normal, era “una tocada”. Ya me habían advertido que los músicos eran unos cucarachos y este no toca nada mal las rancheras.
LADY CORPORATIVA
Desde mi primera semana de trabajo en una oficina como asistente, recibí un entrenamiento especial. La jefa de asistentes era una mujer grosera, prepotente, altanera... una víbora de las venenosas. Sin embargo, decidí tener paciencia. Solo que cuando me asignaron al director con quien iba a trabajar, se sorprendió de que me dieron el puesto de asistente de dirección general, es decir, le reportaba directamente al jefe de todas y todos. Entonces, aquella mujer empezó a sembrar el rumor de que me había ganado el puesto de forma inmoral: que me estaba “metiendo con el jefe” con tal de conseguir ese lugar. Y, fue verdad. Acepté un par de invitaciones del director antes de que me ofreciera ser su asistente y sí pasó lo que tenía que pasar. Pero, ¿quién es ella para juzgar? ¿¡Qué le pasa!? La que puede puede y la que no cri-ti-ca.