SIEMPRE LO MISMO
PUEBLA, EN LA AGONÍA, LE SACÓ EL EMPATE A LA MÁQUINA
Justo cuando parecía que Cruz Azul se llevaría el primer triunfo del torneo como local y pondrían fin a la malaria que los ha perseguido en casa este torneo, una desatención en la recta final le dio a Puebla la posibilidad de llevarse el empate 1-1 y dejar a los Cementeros inmersos en la frustración de no poder levantar en este Clausura 2018.
Parecía que “Cata” Domínguez sería el héroe azul que les daría puntos por segundo partido consecutivo gracias a su cabezazo de gol en el primer tiempo, pero los cambios de Enrique Meza en el segundo lapso fueron para evitar una nueva derrota como visitantes y la apuesta le funcionó, ya que dos de los hombres que ingresaron fueron los que construyeron el tanto de la igualada definitiva.
La historia fue la misma de siempre, La Máquina parecía lograr el objetivo, pero una vez más fracasaron y entristecieron a su gente.
EL JUEGO
Dentro del mal inicio de torneo de Cruz Azul, uno de sus principales males fue el de no poder hacer pesar su casa, ya que en sus tres presentaciones previas a la de ayer, los Cementeros no habían podido sumar de a tres, es más, ni siquiera habían sido capaces de poder anotar un gol, por lo que la misión ante Puebla sería revertir esa inercia negativa y hacer de su casa una fortaleza para pensar en empezar a escalar posiciones en la clasificación general.
En ese entendido, La Máquina salió a hacer su trabajo, presionar a La Franja en vías de generar las mayores ocasiones de peligro posible, lo cual no tardaría mucho en suceder, ya que con un remate espectacular, Felipe Mora buscó de chilena la puerta de Moisés Muñoz, quien ya fuera de combate, vio como la pelota del chileno se estrelló en el larguero, por lo que el gol no cayó.
De manera discreta, pero sin querer dejar de hacer daño, los Camoteros respondieron al local y también tuvieron su chance de ponerle número a la casa cuando Brayan Angulo se sumó al ataque por la banda izquierda y metió un centro que Francisco Torres remató en los linderos del área chica para hacer que Jesús Corona se forzara al máximo e hiciera gala de sus reflejos para evitar la caída de su arco.
Después de esto, las acciones cayeron en un letargo debido a que el azul no podía romper el muro poblano y no era capaz de provocar peligro a un contrincante bien plantado en su zaga, a la espera de algún espacio largo para contraatacar con un latigazo, lo cual no ocurrió. Dentro de todo ese ritmo semi lento, vino una pelota parada para que el malefició se rompiera y finalmente la grada celeste pudiera hacer estallar la garganta. Desde la zurda de Adrián Aldrete salió una pelota al corazón del área poblana, ahí el “Cata” Domínguez le ganó el salto a los marcadores y metió un cabezazo que desvió la trayectoria de la de gajos para que entrara a segundo poste y moviera el electrónico. 1-0 lo ganaba Cruz Azul y se iría con esa ventaja al descanso.
Consciente de que fuera de casa han sido un equipo muy distinto al que se presenta cada 15 días en el Estadio Cuauhtémoc, Enrique Meza hizo modificaciones ofensivas en Puebla. Elementos como Francisco Acuña y Omar Fernández ingresaron al campo para cambiarle la cara a la vista y empezar a pisar con mayor frecuencia y profundidad el área cementera.
Pese a los intentos camoteros, era poca la inquietud que generaban en Jesús Corona, quien tenía cada vez menos sobresaltos conforme avanzaban los minutos; mismo caso de Moisés Muñoz bajo los tres postes poblanos, pero con la diferencia de que en su caso, el daño ya estaba hecho.
Metidos de lleno en la recta final, la maldición volvió a aparecerse en la colonia Noche Buena cuando un trazo largo se filtró entre los centrales cementeros para que Fernández y Acuña quedaron solos, de frente a Corona, quien nada pudo hacer ante la inferioridad numérica, ya que primero fue clareado por una pelota que llegó a línea de fondo para que Omar llegara y diera un pase en el que el camiseta 8 enfranjado solamente tuviera que tocar con dirección a la red.
Cruz Azul no pudo recuperar la ventaja y se fue con la amargura de no poder ser fuerte en su cancha; mientras que Puebla rescató un punto valioso en su lucha por no descender.