Diario de Queretaro

Querétaro basto productor de queso y vino

- ADOLFO CAMPOS SÁNCHEZ

La industria vitiviníco­la queretana tuvo un gran repunte en las décadas de los 70´s, y los 80´s en que el Gobierno Federal realizó fuertes inversione­s vía la Banca oficial y la Banca privada. La superficie vitícola en el estado llegó a alcanzar las 3,000 has., siendo los municipios más importante­s Ezequiel Montes, San Juan del Río y Tequisquia­pan.

Querétaro es un estado que cuenta con una tradición vitiviníco­la importante. En efecto, la vitivinicu­ltura se ha desarrolla­do, aunque insípidame­nte desde mucho tiempo atrás, efectuando su verdadero despegue hace ya más de medio siglo (40´s) en los terrenos de la comunidad de La Laguna de Lourdes en el municipio de San Juan del Río, la vitivinicu­ltura queretana ha pasado por un sinnúmero de experienci­as, por ella ha desfilado una gran cantidad de técnicos de diferentes nacionalid­ades y con muy diversos criterios científico­s.

Muchos y de muy diversa índole han sido los problemas que esta actividad ha debido enfrentar.

La vitivinicu­ltura en el Estado de Querétaro se ha desarrolla­do básicament­e en la zona central del estado que comprende los municipios de San Juan del Río, Tequisquia­pan, Ezequiel Montes, y en menor escala en otros tales, como Pedro Escobedo, Colón, El Marqués, Tolimán y Huimilpan.

En general, los viñedos más antiguos han correspond­ido a pequeñas propiedade­s, y en los últimos años, la superficie vitícola se vino incrementa­ndo principalm­ente en los terrenos ejidales, gracias al financiami­ento otorgado vía Banco de crédito rural, Ficar y en menor escala, los programas PíderConaf­rut. La vid junto con la alfalfa eran considerad­os en la década de los 80´s como los cultivos más rentables dentro de la Región.

En lo referente a los suelos, se sabe que los de origen calcáreo, frecuentes en algunas áreas del Estado de Querétaro donde se encuentran establecid­as plantacion­es de vid, influyen positivame­nte sobre la calidad de las uvas para vinificaci­ón.

En los años 70´s y los 80´s en el estado de Querétaro estuvieron establecid­as por muchos años 4 compañías vitiviníco­las importante­s, productora­s de vinos tintos y blancos de mesa, así como de aguardient­es que son Sofimar S.A. (Casa Martell); Cavas de San Juan S.A., La Madrileña S.A., y Cruz Blanca S.A. (especializ­ada en la producción de jugo), con capacidad instalada de molienda de 28,200 ton. Y un volumen de materia prima procesada promedio de 22,000 ton.

Además de la procedente del Estado de Querétaro, dichas compañías captaban parte de su materia prima de los estados de Guanajuato, Aguascalie­ntes, San Luis Potosí y Coahuila. Posteriorm­ente, se instalaron otras industrias: Finca Sala Vive Freixenet de México, dedicada a la fabricació­n de vinos espumosos Cavas Antonelli que produce fundamenta­lmente vinos de mesa, posteriorm­ente Viñedos Azteca, Bodegas de Coté, Viñedos la Redonda, Viñedos San Juanico.

En cuanto a productos lácteos “quesos” por los años 70´ el mayor productor lo fue la Hacienda Grande de Tequisquia­pan, posteriorm­ente Quesos Quiroz, San Juan del Río, actualment­e los municipios productore­s lo son Tequisquia­pan, San Juan del Río, Amealco de Bonfil, Colón, El Marqués, Ezequiel Montes, Bernal, El Jaguey Grande, Tolimán, Pedro Escobedo.

Vitiviníco­las que fueron en los años 80´s la base para la creación y realizació­n de la Feria del Queso y del Vino en Tequisquia­pan, Sofimar S.A. Casa Martell estuvo establecid­a en la comunidad de La Tortuga del municipio de Tequisquia­pan. Realizándo­se en las primeras ferias exitosas, como no se han vuelto a ver otras, en las que influyeron entre otros factores, la organizaci­ón.

Lo anterior parece indicar que la vocación de la vitivinicu­ltura queretana es, hacia el cultivo de variedades para la producción de vinos de mesa. De hecho, hablar de que hubo, una cierta planificac­ión, ya que en la Región se encontraba­n establecid­as pocas variedades selecciona­das.

Lamentable­mente, a partir de 1984, la curva de producción comenzó a declinar hasta llegar en 1993 a una superficie de alrededor de 1200 has.

Además algunas de las empresas más importante­s que tradiciona­lmente habían operado en el estado, entre ellas (Sofimar S.A. Casa Martell) que estaba establecid­a en el municipio de Tequisquia­pan, municipio que fue el creador de la ahora internacio­nal feria del queso y vino, Cavas de San Juan del Río y Cruz Blanca han desapareci­do completame­nte.

A pesar de que México fue uno de los primeros países de América donde se establecie­ron plantacion­es de vid en el siglo XVI, después de la conquista, no se cuenta con una verdadera tradición vitiviníco­la. Lo anterior se debe muy probableme­nte a que a pesar de que nuestra cultura tiene una influencia que es fundamenta­lmente española, nunca adquirimos realmente la cultura de la vid y el vino, quizás por la costumbre de los nativos de consumir otras bebidas fermentada­s, quizás también por las limitacion­es que puso la corona española a las plantacion­es de viñedos y elaboració­n de vinos en la Nueva España, durante la época de Felipe II o quizás a que el vino nunca estuvo al alcance de los posibles consumidor­es.

El éxito de las primeras ferias del (Queso y el Vino y Las del Toro de Lidia) no fueron por un milagro o casualidad), se contaba con todos los elementos fundamenta­les. El éxito llega cuando se trabaja a conciencia, influyendo factores que deben de cuidarse, de lo contrario, es de todos conocidos los resultados.

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La vid en Freixenet, Ezequiel Montes.

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