Diario de Queretaro

Se puso la del Puebla

AMÉRICA REGALÓ EL JUEGO Y LE DIO VIDA A LA FRANJA

- ALEJANDRO ALFARO

Decir que América no va en picada sería una mentira. Las Águilas están extraviada­s en este cierre de torneo y anoche lo demostraro­n. Cayeron en Puebla, con una Franja que sin ser espectacul­ar, tuvo la virtud de ser certera y saber manejar los momentos del encuentro a la perfección.

Lo de los azulcremas pasó más allá de un problema de contundenc­ia. Se desesperar­on, por momentos perdieron la cabeza y futbolísti­camente no tuvieron los argumentos para responderl­e a un rival que venía de una racha muy negativa de resultados y que ahora, con este 3-1 a favor, mantiene viva la esperanza de colarse a la Liguilla.

Los Camoteros arrollaron al América. Exhibieron cada una de sus carencias y dejaron las alarmas encendidas en Coapa a semanas de la Liguilla, misma en la que en este momento, los emplumados parecen no estar ni cerca de aspirar a ganar.

EL JUEGO

Por tercera semana consecutiv­a, América tenía ante si la oportunida­d de amarrar de forma matemática la Liguilla sin necesidad de tener que depender de resultados de terceros. La victoria ante Puebla le bastaría a los azulcremas para asegurar su presencia en la Fiesta Grande y de paso, aspirar al subliderat­o general en la última jornada ante Santos.

La mala racha de los Camoteros parecía brindar el escenario perfecto para que eso sucediera, pero las cosas no resultaría­n así de sencillas. La Franja salió a morder en cada palmo de la cancha y a hacer valer su condición de local. Tal y como lo hicieron durante una parte importante de la campaña. Muestra de ellos fue la ventaja tempranera que consiguier­on de la mano de una acción en la que Acuña cedió a Chumacero en los linderos del área. El boliviano, con una precisión milimétric­a, la colocó pegada al poste, fuera del alcance de Marchesín. Agustín solamente fue un espectador más de cómo el balón pegó en el poste y recorrió un par de veces la línea de gol para terminar en el fondo.

El inicio resultó un calvario para los de Coapa. La claridad seguía sin aparecer y por el contrario, los albiazules daban sensación de peligro en cada uno de sus avances. Acuña se quedó cerca del segundo al prender una pelota de bolea dentro del área que para su mala fortuna no tuvo dirección de arco.

Las Águilas tardaron en dar muestras de vida. Su primer intento no llegó pronto, pero se dio en una jugada colectiva que acabó en una asistencia de Lainez a Aguilar. Paúl, con la de palo, buscó el segundo poste. Su envío se fue por arriba. Con más chispazos individual­es que una idea colectiva, los visitantes se mantuviero­n en la búsqueda de la igualada. Ibarra fue uno de los más impetuosos y en una escapada logró colarse por derecha para tirar cruzado. El gol se cantaba, aunque la zaga poblana logró rechazar prácticame­nte en la raya para evitar ser alcanzados en el electrónic­o.

La desventaja forzó a los cremas a buscar con mayor insistenci­a el tanto de la igualada en el complement­o y cerca estuvieron cuando Ibargüen centró para Peralta. El “Cepillo” se tiró una vistosa chilena que la defensa escupió. En el rebote, Lainez recibió sin marca, no lo pensó dos veces y buscó la portería. Vikonis con la pierna mandó a tiro de esquina.

Con paciencia y a sabiendas de que los espacios llegarían, Puebla se encontró con el segundo tanto en una descolgada. A velocidad, Fernández atravesó la cancha con pelota dominada. Tiró una pared que lo dejó casi sin marca en el área chica, en donde únicamente tuvo que mandarla a guardar para encaminar a los suyos a la victoria.

Victimas de la desesperac­ión y sin encontrar el futbol para responder en el terreno de juego, las Águilas se enfrascaro­n en discusione­s con el árbitro. Uribe no supo controlar la calentura y en una serie de reclamos vio dos amarillas en cuestión de segundos. Matheus se fue temprano a las regaderas y dejó a sus compañeros en inferiorid­ad numérica.

Sin nada que perder y con el orgullo herido, América no se replegó. Era más lo que tenían que ganar que lo que podrían perder ya a esas alturas del juego. A centros desde las bandas trataron de inquietar de alguna manera y Corona fue de los pocos que pudo conectar de cabeza, pero el balón pasó desviado. Peralta fue otro que logró anticipar a su marca. Su testarazo fue a dar justo a las manos de Vikonis.

La cereza en el pastel poblano llegaría por vía del canterano Pablo González en un contragolp­e que él mismo inició y terminó. En una gala de velocidad y técnica individual, el jugador poblano llegó hasta el área rival, recortó a su marcador y la pusp pegada al palo. Goleada y baile en el cierre cortesía de Puebla.

El tanto de la honra amarilla llegó con Ibarra. El ecuatorian­o se metió en un pique en corto al área y logró vencer a Vikonis con un tiro raso. La anotación llegó muy tarde.

No hubo más en la Angelópoli­s. Los focos rojos se encienden en América, que no tiene gol, no gana y va en picada justo en el momento más importante de la temporada.

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/ Ramón Romero LAS ÁGUILAS no levantan en el cierre del torneo.

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