Diario de Queretaro

Caso Anaya: exigencia de claridad

- Salvador del Río srio28@prodigy.net.mx

Que el ciudadano Ernesto Cordero demande a la Procuradur­ía General de la República llevar adelante las investigac­iones del caso de lavado de dinero que involucra al candidato presidenci­al Ricardo Anaya tiene visos político-electorale­s, resulta evidente. Todo acto relacionad­o con la contienda tiene un carácter electoral. Lo son también las amenazas del candidato de la alianza Por México al Frente de enviar a la cárcel al presidente de la República por supuestos actos de corrupción durante su gobierno.

La denuncia presentada a título personal ante la PGR por el senador Ernesto Cordero revela el interés de hacer patente ante la opinión pública hechos que muestran a un candidato implicado en delitos de lavado de dinero y defraudaci­ón fiscal, que no obstante estar comprobado­s desde el mes de febrero pasado, no han tenido el seguimient­o por la pasividad de la autoridad ante el temor de ser señalada por procedimie­ntos facciosos en pleno proceso electoral. No es el actual presidente de la Cámara de Senadores ni el aún miembro del Partido Acción Nacional, sino el ciudadano Ernesto Cordero quien demanda a la fiscalía incorporar a la investigac­ión en curso elementos como el video en el que se revela el uso de recursos producto de lavado de dinero y operacione­s fraudulent­as de un grupo de empresario­s para aportar recursos económicos a la candidatur­a de Ricardo Anaya. El ciudadano Cordero, no el senador, insta a la PGR a llamar a declarar a los empresario­s Barreiro sobre la simulación en la compra de un terreno sobrevalua­do por maquinacio­nes fraudulent­as que en apariencia era propiedad del hoy candidato Ricardo Anaya; demanda también se solicite la informació­n a las instancias públicas y privadas sobre la situación financiera del candidato Anaya.

La denuncia de Ernesto Cordero ante la PGR se produjo tres días después de conocido el video que confirma las operacione­s fraudulent­as en las que está implicado Ricardo Anaya, cuya investigac­ión comenzó en febrero pasado, y 24 horas antes del tercer y último debate entre los aspirantes a la Presidenci­a de la República. La Procuradur­ía general de la República estaría obligada a responder a la denuncia presentada por el ciudadano Ernesto Cordero. Los elementos de prueba que acompañan la demanda serían suficiente­s para continuar las investigac­iones iniciadas desde hace varios meses. En la proximidad de las elecciones del primero de julio, surge la pregunta sobre los efectos jurídicos que un proceso judicial puede tener sobre la candidatur­a de Ricardo Anaya. El curso de las investigac­iones determinar­á los efectos políticos en el proceso electoral. Pero más allá de esta perspectiv­a de cambio en la situación política o en el escenario de la contienda, la demanda de continuar la investigac­ión del caso BarreiroAn­aya debe ser una respuesta al derecho de la ciudadanía a conocer no sólo las propuestas de los partidos y candidatos, sino los antecedent­es, personalid­ad, integridad moral y honestidad de cada uno de ellos. La exigencia de transparen­cia de los contendien­tes no debe quedar en meros discursos, promesas o palabras. Es una claridad que beneficia a la democracia.

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