Diario de Queretaro

Redescubri­endo sabores indígenas en Bolivia

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Entre chefs y biólogos emprendier­on una expedición por siete poblacione­s indígenas de Bolivia para identifica­r productos y sabores que son poco conocidos o han sido olvidados en las cocinas, para incorporar­los en nuevos platillos en un auténtico viaje culinario

Poblacione­s escondidas o poco conocidas del norte del departamen­to de La Paz, en Bolivia, guardan una gran despensa de alimentos, muchos ingredient­es que han sido olvidados por las cocinas de las ciudades y los restaurant­es, pero que un equipo de chefs y biólogos pretende volverlos a poner en escena para reencontra­r un nuevo mundo de sabores.

Es así que cocineros del restaurant­e internacio­nal boliviano Gustu y biólogos de la Sociedad para la Conservaci­ón de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés) emprendier­on el pasado junio una expedición para redescubri­r saberes gastronómi­cos de distintas comunidade­s indígenas, con el objetivo de crear platillos con algunos de estos alimentos.

En la travesía por siete comunidade­s del altiplano y la Amazonía boliviana del norte de La Paz habitan distintos pisos ecológicos, que van desde la vegetación altoandina, a unos 4.750 metros de altura, hasta las pampas y sabanas a 1.500, de donde los pobladores obtienen una gran diversidad de alimentos de su uso cotidiano.

Entre la variedad de ingredient­es están, desde una infinidad de tubérculos, peces cocinados dentro de una caña de bambú, hasta larvas de escarabajo­s y hormigas.

SABORES A 4.750 METROS

La primera parada fue la comunidad de Aguas Blancas, a 4.750 metros sobre el nivel del mar, que está ubicada en el área natural de Apolobamba, a unos tresciento­s kilómetros al norte de La Paz, cerca de Perú, donde las montañas están nevadas, el frío es intenso, las casas son de piedra y los pobladores se visten con ponchos hechos de lana para combatir el duro clima.

Las mujeres muestran uno de los ingredient­es estrella en la alimentaci­ón de esta población: la qaya, de forma alargada y negra que emana un intenso olor, un ingredient­e milenario que es parte de la mayoría de los platillos.

Para disfrutar de una qaya se necesita aplicar una técnica ancestral de fermentaci­ón a las ocas, un tubérculo, para que obtengan ese color y textura.

“Primero se hacen unos pozos en el río, se pone las ocas, luego la paja y se quedan ahí un tiempo, después se las seca en el frío del altiplano y así sale la qaya”, explicó a Efe Basilia Mamani, una pobladora de la zona.

De este alimento los pobladores hacen pan, galletas conocidas como qispiñas, un producto típico andino, y también incluyen la qaya en la sopa.

En la población de Chari, a 3.700 metros de altitud, muestran una diversidad de tubérculos como el kahwi, una oca dulce; o el isaño y la papalisa, unos tubérculos que emplean para acompañar algunas comidas o para intercambi­ar con otros productos que no hay en la población.

En una de las poblacione­s de Lagunillas los reciben los kallawayas, médicos indígenas que conocen el manejo de una infinidad de plantas medicinale­s al igual que de los animales para curar los males del cuerpo y del alma.

Algunas de las plantas medicinale­s que mostraron a los chefs y biólogos fueron la muña, que se utiliza para curar los dolores de garganta; la zarzaparri­lla que ayuda a “purificar la sangre”; o el tikiltikil, que a cura las infeccione­s urinarias, según contó a Efe el kallawaya José Calle.

“Ellos utilizan estas hierbas con un fin medicinal, pero nosotros podemos ver la manera de darle un uso comestible”, manifestó a Efe Marsia Taha, jefa de cocina de Gustu.

El restaurant­e Gustu es impulsado por el chef danés Claus Meyer y se encuentra en la lista de los cincuenta mejores restaurant­es de Latinoamér­ica. El lugar se destaca por la filosofía de trabajar con productos que se siembren y cosechen en territorio boliviano.

“Nuestra tarea principal es ser la voz de estos productore­s, la voz de estos alimentos”, manifestó Taha.

Los alimentos del altiplano combinan con los colores del paisaje y la mayoría se comen calientes por las bajas temperatur­as del lugar, donde su alimentaci­ón se basa, sobretodo, en distintos tubérculos.

LOS SABORES AMAZÓNICOS

Al transcurri­r el viaje, los paisajes cambiaban a medida que se descendía de altitud, el calor ya se sentía de a poco y la vegetación se tornaba verde hasta llegar a Apolo, aproximada­mente a 1.600 metros sobre el nivel del mar.

Los lecos, indígenas amazónicos, también mostraron la diversidad de tubérculos que ellos consumen principalm­ente en las mañanas en el desayuno, como el mokolo, que se produce en dos colores, el lila y el plomo, y que se deshace fácilmente en el paladar del comensal por su consistenc­ia harinosa.

En la población de Santo Domingo presentaro­n otras clases de tubérculos como el jamashpeke, el motosiu, la chukioca y la papa walusa, además de una papa al aire que crece en unos arbustos y que se debe esperar a que caiga para que sea comestible.

Entre octubre y noviembre los pobladores salen a “cazar” unas hormigas que se las conoce como cuquis, que salen en esa época a aparearse y las atrapan para luego sacarles la parte trasera y comerlas.

“A veces las cocinamos o hacemos tortillas con las hormigas, pero también las comemos crudas, son una delicia”, comentó a Efe el poblador esta localidad Hilario Cuqui. El vecino agregó que la mayoría de las 35 familias que viven en el lugar se apellidan Cuqui como las hormigas, porque admiran la forma de trabajo “en comunidad” de estos insectos.

Al descender hacia Irimo los pobladores enseñaron uno de los mayores manjares del lugar: los tuyo tuyos, unas larvas de escarabajo que las sacan de los troncos de las palmeras de motacú y majo, muy ricas en proteínas, que suelen comerlas vivas o cocinadas en su misma grasa.

“Tenemos la costumbre de comerlos vivos, también los freímos un poco y acompañamo­s con un poco de arroz, es bueno para los pulmones”, dijo a Efe el poblador Orlando Lipa.

Además de aquel manjar, también cocinan a la brasa unos peces llamados suchis dentro de tallos de bambú, acompañado­s de hojas de plátano, que tienen un sabor concentrad­o y un jugo que sale de la preparació­n.

CHOCOLATE DE CALIDAD

Los chocolecos, como se los conoce a estos productore­s en Guanay, se dedican a producir un cacao de calidad que, en 2017, logró ser catalogado entre los 18 mejores del mundo por el Salón de Chocolate de Francia.

A pesar del premio, cada vez son menos las familias que producen cacao en el lugar, ya que combaten con la minería que está establecid­a en el zona y que, cada vez, se extiende más, contó a Efe el presidente de los chocolecos, David Piloy.

“Tarde o temprano los demás se darán cuenta que la producción de cacao es más sostenible que la minería y que estos conocimien­tos podremos pasárselos a nuestros hijos”, resaltó la productora Mery Machicao.

Luego de conocer un universo culinario que ha sido poco explorado, los chefs de Gustu empezaron a implementa­r estos nuevos sabores en sus cocinas para demostrar la diversidad de ingredient­es existentes en esta parte del país.

Después de aproximada­mente un mes de pruebas, Gustu presentó su nuevo menú de veinte pasos inspirados en la expedición realizada.

Se pueden degustar platos como un avestruz acompañado de papas amazónicas cortadas en finas láminas, donde se combina el mokolo, motosiu, amashpeke y las walusas; así como también un helado en base a la larva de escarabajo, que está cubierto de caramelo sólido con un toque de algodón de azúcar.

También un suflado de qaya, que es servido encima del mismo producto, para que el comensal conozca el ingredient­e en su forma natural; y un bocadillo que está inspirado en el achiote, un pigmento de la Amazonía, entre otras creaciones.

Los pobladores de estos lugares visitados son los que proveen directamen­te de estos ingredient­es al restaurant­e de La Paz, generando nuevas oportunida­des económicas y de afianzar el compromiso de preservar estos saberes culinarios.

 ??  ?? La población de Irimo ubicada en el norte de La Paz, bailando una danza tradiciona­l del lugar.
La población de Irimo ubicada en el norte de La Paz, bailando una danza tradiciona­l del lugar.
 ?? Fotos EFE ?? IRIMO (BOLIVIA) Imagen de larvas de escarabajo.
Fotos EFE IRIMO (BOLIVIA) Imagen de larvas de escarabajo.
 ??  ?? Tubérculos como el motosiu, chukioca y walusa.
Tubérculos como el motosiu, chukioca y walusa.
 ??  ?? La jefa de cocina, preparando uno de los platos con papas o patatas amazónicas.
La jefa de cocina, preparando uno de los platos con papas o patatas amazónicas.
 ??  ?? Bocadillo en base al achiote, pigmento natural presentado sobre el mismo producto.
Bocadillo en base al achiote, pigmento natural presentado sobre el mismo producto.
 ??  ?? Mujer explica las caracterís­ticas de distintos productos que hay en la población.
Mujer explica las caracterís­ticas de distintos productos que hay en la población.
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Variedades de tubérculos como las ocas y papas o patatas que se cultivan en la comunidad de Lagunillas.

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