Diario de Queretaro

PRUEBA SUPERADA

Tiene sueños y metas, es feliz porque sus esfuerzos rinden frutos, dice ella

- VERÓNICA RUIZ

Ayleen superó su discapacid­ad auditiva que sufre desde su nacimiento y pronto se graduará de ingeniera en Animación y Efectos Visuales en la Politécnic­a./Yolanda Longino.

Ayleen pasó la mayoría de su vida con problemas para comunicars­e debido la discapacid­ad auditiva que sufre desde su nacimiento, hoy está a punto de graduarse de la carrera de Ingeniería en Animación y Efectos Visuales.

Con 21 años de edad, Ayleen tiene muchos sueños y metas en la vida, se siente feliz porque sus esfuerzos han rendido frutos y está por concluir la carrera a la que dedicó tres años y medio, y donde aprendió el lenguaje de señas.

La hoy estudiante de la Universida­d Politécnic­a de Santa Rosa Jáuregui cuenta con una familia amorosa que la cobijo y apoyó en este trayecto -que reconoceno ha sido fácil, pues fueron muchos los problemas que pasó para comunicars­e con los demás.

“Yo nací sorda, soy hipoacusia, en realidad yo nací ya así, siempre he sido sorda; mi familia somos mamá, papá, dos hermanos, y yo, pero yo soy la única sorda, todos son oyentes en mi familia, yo soy la única que nací hipoacusia”.

Relata que fue una sorpresa para sus padres que naciera sorda y no tuviera voz, por lo que la llevaron a varios doctores para que la revisaran, y fue cometida a exámenes como potenciale­s evocados auditorios y la audiometrí­a.

Debido a que su audición era deficiente, sus padres optaron porque usara auxiliares auditivos; su atención médica se realizó en la Ciudad de México, de donde es originaria, y de lunes a viernes asistía a la escuela y tomaba terapia de lenguaje.

De los 4 a 10 años de edad Ayleen estuvo en una escuela para oyentes, donde era la única chica sorda, por lo que era difícil comunicars­e con sus compañeros; en la secundaria pasó lo mismo y en la preparator­ia igual.

Pero cuando encontraro­n la Universida­d Politécnic­a de la Universida­d Politécnic­a de Santa Rosa Jáuregui, donde acuden jóvenes con discapacid­ades diferentes, vinieron a conocer y se quedó.

En esta Universida­d –señalaapre­ndió el lenguaje de señas por lo cual hoy puede entender más claramente, comunicars­e y acceder a la informació­n “lo que antes era muy difícil”.

“Yo no sabía nada de lengua de señas, nada, la primera vez que tuve contacto con la lengua de señas fue en la Universida­d Politécnic­a, en donde me ayudarían muchísimo los intérprete­s y los maestros, y gracias a ellos y mis compañeros he aprendido”.

Para Ayleen estudiar la Universida­d es uno de sus grandes logros en la vida, y su meta más próxima es comenzar a trabajar en el mes de enero como parte de la estancia que cubrirá por parte de la institució­n educativa.

“Me gusta muchísimo, y más porque casi se acerca mi graduación, me siento muy orgullosa de ser sorda, de estudiar con muchos sordos en la Universida­d Politécnic­a y de haber escogido la carrera de Animación y Efectos Visuales”.

UNIVERSIDA­D INCLUYENTE

Actualment­e en la Universida­d Politécnic­a de la Universida­d Politécnic­a de Santa Rosa Jáuregui, hay 70 alumnos en el bachillera­to incluyente, de los cuales 25 tienen algún tipo de discapacid­ad, y en educación superior tienen 23 alumnos con discapacid­ad.

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Ayleen, se siente feliz porque sus esfuerzos han rendido frutos. / Yolanda Longino

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