Protestas en Francia acorralan a Macron
El presidente busca una salida urgente a la crisis y abre consultas con la oposición; inicia la escasez de combustible y colapsan carreteras
EFE
PARÍS, Francia. El gobierno de Emmanuel Macron está inmerso en una carrera contrarreloj para encontrar una salida a la peor crisis de su presidencia tras las protestas de los chalecos amarillos contra su política fiscal y social, que el fin de semana derivaron en violentos enfrentamientos, especialmente en París.
Macron seguía reunido ayer por la noche en el Palacio del Elíseo, la sede de la presidencia francesa, en presencia del primer ministro Édouard Philippe, quien recibió uno a uno a los líderes de los principales partidos de la oposición.
La mayoría de los dirigentes opositores piden una prórroga del alza del precio de los carburantes en Francia, prevista para el 1 de enero. Esta medida, presentada como una manera de frenar las emisiones de CO2, fue el detonante de las protestas que ahora se han convertido en una ola de rechazo general a las reformas de Macron. El gobierno quiere evitar a toda costa que se repitan las escenas de guerrilla urbana de este fin de semana, cuando al margen de las masivas manifestaciones de los chalecos amarillos, se produjeron incidentes violentos por personas que las autoridades calificaron de “agitadores”.
La situación es urgente ya que en las redes sociales se multiplicaron las convocatorias a una cuarta jornada de protestas el próximo sábado y los estudiantes han comenzado a sumarse a este movimiento atípico, nacido en las redes sociales, sin líder visible ni estructura definida.
Una reunión programada hoy entre un grupo de portavoces del movimiento y el primer ministro estaba en entredicho. Losrepresentantes que habían aceptado el diálogo finalmente declinaron la propuesta por “motivos de seguridad”, anunciaron dos miembros del colectivo.
Ambos afirman que recibieron “amenazas” de miembros más radicales de los chalecos amarillos. Aunque la violencia empañó las protestas, el 72% de los franceses sigue apoyando a los chalecos amarillos, según una encuesta del instituto Harris Interactive.
COLAPSO EN LA FRONTERA
Macron, que regresó el domingo del G20 en Buenos Aires, no se ha pronunciado aún sobre los desmanes. Se limitó a escribir dos tuits en los que agradeció a la policía y a los bomberos.
Sin embargo, ha multiplicado los encuentros y gestos simbólicos. Ayer almorzó en un cuartel con agentes de policía que intervinieron el sábado en París.
También anuló un viaje previsto a Serbia esta semana. “¡Señor Presidente, necesitamos una respuesta!”, titulaba ayer el diario Le Parisien. “Cuanto más tiempo dure esto, más alto será el precio político”, advirtió Bruno Cautrès, del Centro de Investigación Política de Sciences Po (Cevipof).
Mientras tanto, las acciones de protesta de los chalecos amarillos en contra de las reformas de Macron continuaron en toda Francia ayer. Los bloqueos de varios depósitos de combustible en todo el país -desde Normandía hasta la región mediterráneacausaron los primeros reportes de escasez de gasolina.
En Bretaña, estaciones de servicio se quedaron sin combustible lo que obligó a las autoridades a tomar medidas de racionamiento. Las protestas colapsaron la frontera francoespañola, con retenciones de hasta 19 kilómetros y miles de camiones de transporte atrapados, según las autoridades de Cataluña.
El departamento de Interior del gobierno catalán aseguró por su parte que entre 3 mil y 4 mil camiones se encuentran bloqueados en esta región por los bloqueos viales causados por las protestas en Francia.
MOVILIZACIÓN ESTUDIANTIL
Además, ayer se sumaron a las manifestaciones estudiantes de secundaria que salieron a las calles para mostrar su descontento con una reforma educativa y en apoyo a los chalecos amarillos.
Unos 2 mil 500 estudiantes según la policía manifestaron en Niza (sureste) al grito de “¡Macron renuncia!”, y paralizaron en parte la circulación. En Touluse (suroeste) otros 700 estudiantes manifestaron y hubo enfrentamientos con la policía, con saldo de siete heridos y 11 detenidos tras escenas de robos y daños a comercios, según la prefectura.
Más de un centenar de escuelas secundarias también estaban bloqueadas, parcial o totalmente, en protesta contra las reformas en la educación emprendidas por el gobierno.
La región de Toulouse -con unos 40 establecimientos cerrados- era la más afectada, seguida por la región parisina, donde se vieron afectadas unas 20 escuelas secundarias.
Un vehículo fue quemado y una tienda telefónica fue saqueada cerca de una escuela secundaria en Aubervilliers, al norte de la capital.
En Dijon (centro-este), unos 500 estudiantes marcharon por las calles de la ciudad y se enfrentaron con la policía. Los estudiantes lanzaron piedras a los agentes que respondieron con gas lacrimógeno. En tyanto, al menos un centenar de conductores de ambulancias bloquearon la plaza de la Concordia, en el centro de
París. Exigen la supresión de una reforma de la financiación de los transportes sanitarios que supone, según ellos, una seria amenaza para las pequeñas y medianas empresas del sector.