¡Purificados!
El lenguaje místico se pone de moda. Como Presidente de la República, López Obrador inicia una nueva semántica, alejada de sus predecesores. Salvo Vicente Fox, el resto utilizó un lenguaje formal, que ahora se sustituye por frases curiosas, adjetivos tabasqueños y oraciones de un ministro religioso.
Tras su “purificación”, cuando le entregaron el bastón de mando indígena, aplicó el término a la que fue residencia oficial: “El pueblo de México ya purificó Los Pinos”. Faltó el que, a los 90 mil asistentes a la vacía casona, les hubieran hecho una limpia.
La eterna ceremonia de Toma de Protesta y la Plaza de la Constitución, nos hizo recordar los inacabables discursos de Fidel Castro, o Hugo Chávez, sin la capacidad retórica de los occisos. En el primero puso por los suelos al Régimen saliente y en el segundo, como si siguiera en campaña, se comprometió a 100 puntos.
En plan de “Julio regalado”, las dádivas llegarán a todos. Lo mismo a los jóvenes, que a discapacitados, ancianos. Pienso en el Secretario de Hacienda, jalándose de los pelos para intentar que los magros ingresos, alcancen para cumplimentar la oferta.
Se va a construir el tren Maya, la nueva refinería –y a modernizar las existentes-, el aeropuerto de Santa Lucía (Sin proyecto, planos ni estudio de impacto ambiental).
En este paraíso (Tropical como ningún otro) se beneficiará a los marginados y como “todos nos vamos a portar bien”, según lo advirtió, se pondrá fin a la inseguridad y la violencia. La fe mueve montañas y, anclado en ella tendremos una Cuarta Transformación que acabará de golpe, con un pasado nefasto, escandaloso.
Con un “Yoísmo” de escalofrío, ignoró la existencia de los Gobernadores, Presidentes Municipales y hasta de Jefes de manzana. Tampoco referencia del Poder Judicial y el Legislativo, como si fuera un superhombre capaz de ajustar todas las piezas del engranaje constitucional.
Sólo él y nadie más, arreglará, desde los tiraderos de basura en las calles, hasta una educación a la que, por descontado, darán un giro total.
De entrada, casi 100 universidades más y desaparecerá la “mal llamada” Reforma Educativa, con lo que, la rediviva lideresa, Elba Esther Gordillo, podrá reactivar el negocio de la venta de plazas, los aviadores y las cuotas sindicales. Para la CNTE, ¡Fiesta nacional!
Como si fuera un mago que sacara conejos del sombrero de copa, asimismo ofreció que se iniciaría la construcción de caminos vecinales, con mano de obra local, de concreto y sin la participación de constructoras. Esto último lo dijo con un brillo inusitado en los ojos y una sonrisa de “se les acabó el negocio”, que debe haber parado de pestañas al gremio.
Se plantarán un millón de árboles, lo que dará ¿trabajo? a miles de campesinos y volverán los precios de garantía, aquellos que nunca funcionaron e igual empobrecieron a la gente del agro.
El día previo, al jolgorioso circo, presentaron el nuevo logo de la República. Se ve que resultó de un concurso escolar de primaria. Morelos, Hidalgo, Madero y Lázaro Cárdenas, con un fondo del color similar, al que usa el partido Morena, en trazos infantiloides, obsoletos, en cuanto a un mínimo de diseño de vanguardia.
Así se vislumbran los próximos años: marcha atrás a la modernidad, al avance tecnológico, al despegue de una República que, de ser la catorceava economía a nivel mundial, no tarda en pasar a los últimos lugares…con el gobierno de un solo hombre.