Reabre sus puertas la icónica juguetería de Nueva York: FAO Schwarz
A pocos días de la celebración de Navidad reabre sus puertas en La Gran Manzana
DPA El lugar cambió pero el espíritu y la magia siguen allí”, comparte Anna, una adolescente neoyorquina, en los corredores del comercio.
La nueva tienda muestra su fachada en colores rojo y negro, con el nombre del negocio en letras doradas. Además de esta reapertura en Nueva York y de una filial en Pekín, FAO Schwarz anuncia la apertura de otras tiendas en centros comerciales de Estados Unidos, Canadá y Londres.
“La llave de esta tienda es la experiencia del cliente”, afirma David Niggli, que lidera la estrategia de mercadeo.
Además de los trucos de magia y la pintura de uñas, los niños pueden acceder a un “certificado de adopción” de una muñeca que compren en el lugar o participar en la creación de su propio osito de peluche.
“No es sólo un lugar de compras, es también un lugar acogedor y encantador donde disfruto de caminar y pasar tiempo”, comparte Claudia, llegada de Argentina con su hijo Juan Ignacio para conocer esta tienda, después de haber recorrido las aventuras de la anterior.
Entre el área de gran tamaño con la que cuenta Barbie o los juegos de construcción de Meccano y las decenas de rompecabezas Ravensburger, la mecánica con la que reabre la tienda parece muy acertada, pues hay filas de personas al exterior que una vez dentro no saben con qué quedarse.
“Cuando uno compra por Internet, no interactúa con empleados que fueron contratados en escenas de teatro, no puede ver a los personajes con sus trajes, no participa en el proceso de adopción de una muñeca. Son cosas únicas”, explica Niggli.
En su estrategia de reconquista, FAO Schwartz se alimenta ampliamente del inestimable valor de la comunicación digital. La juguetería que fue fundada en 1862 por un migrante alemán, se benefició de un hecho inesperado pero significativo: la bancarrota de su rival y expropietario Toys ‘R’ Us.
“Lo particular de este comercio es que ofrece juguetes sumamente especiales y una presentación original”, subraya Sandy, madre de familia de Connecticut llegada sobre todo para ver la réplica del “dance-on piano” en el cual bailó Tom Hanks en la película “Big”. “El lugar es mágico... y caro. Pero bueno, es Nueva York y es chic”, dice riendo.
FAO Schwarz se ubica a unos pasos del árbol de navidad gigante que se levanta año con año en la explanada del Rockefeller Center en Manhattan, aunque su superficie actual es tres veces menor a la que ocupaba con anterioridad la tienda en 2015.