Nutrigenética, alimentación del futuro
Los constantes cambios a los que se enfrenta la sociedad condicionan las necesidades del consumidor y fomentan la innovación y la aparición de nuevas tendencias. El ritmo de vida actual y la preocupación por la salud y el medio ambiente llevan a la preferencia por el consumo responsable, lo natural, lo cercano y lo sostenible, sin dejar de lado el placer y la experimentación, dos tendencias que marcarán el futuro de la alimentación.
Tomando en cuenta estos conceptos, cada día hay más científicos convencidos de que la alimentación es más importante de lo que se creía, hasta se habla de la nutrición como la medicina del futuro, como es el caso de la nutrigenética.
Es importante saber que la nutrigenética es una rama de la genómica nutricional, que tiene como objetivo estudiar como las distintas variantes genéticas de las personas influyen en el metabolismo de los nutrientes, la dieta y las enfermedades asociadas a ésta.
La nutrigenética no debe confundirse con la nutrigenómica, que se centra en el papel que determinados alimentos tienen en la activación de genes que afectan la susceptibilidad a ciertas enfermedades como el cáncer y el Alzheimer. El objetivo de la nutrigenética es ofrecer a las personas consejos personalizados de prevención de enfermedades basados en la genómica personalizada.
Una vez que se conocen las predisposiciones genéticas de cada individuo a patologías, se crea una dieta o hábitos alimenticios propicios para evitar el desarrollo de éstas e incluso curarlas en el caso de que se hayan desarrollado. Ante esto los expertos recomiendan cambiar el patrón alimentario, porque estamos destruyendo el planeta, y además las estadísticas indican que el patrón de consumo actual no es benéfico en su totalidad.
Otro aspecto importante a considerar es el consumo responsable que va ligado a la protección del planeta, y esto deriva en el transporte de productos que también genera un grave impacto a la ecología, es decir, si en nuestros hogares consumimos productos locales o si estos han viajado por 5 mil kilómetros, desde luego que existe una importante diferencia. Como tampoco es igual de inocuo para la salud del agua, el suelo o el aire que un producto se elabore sin pesticidas y respetando su ciclo natural o lo haga de manera intensiva.