Diario de Queretaro

Amar a un muñeco I

- Alfonso Franco Tiscareño https://escritosde­aft.blogspot.com

Estoy tan cansada de ese viejo pelón que apenas puede con su alma. Soy más joven, él está decrépito. Diez años son diez años, yo tenía 29 cuando nos juntamos, todavía lo veía joven, tenía 39, casi para cumplir cuarenta. Es increíble que se haya acabado tanto. Ya está bien pasita, y no está tan grande, pero ya no tiene fuerza…ahí nomás de vez en cuando…tú me entiendes, comadre Maité. Y bueno, pues uno está en su pleno vigor, ¿verdad? No es cosa mía, es de la naturaleza, así nací, ardiente como una loba. A todos los novios que tuve los enloquecí. No me duraban ni para el arranque, chicos besotes aquí, chicos besotes allá. Y a mí me gustaba que me hicieran de todo, y había unos muy imaginativ­os. En cambio ahora, comadre, mis días son tristes tristes. Él ni fu ni fa, y yo ando de un humor que me lleva el tren todo el día, y así no es vida.

Por eso es que te vengo a pedir este favor, comadre mía. Ayúdame. Mira, te voy a contar. Estaba en el salón de belleza de Doña Amalia esperando mi turno para que me arreglaran las uñas. Me puse a leer el periódico por mientras, y de pronto, vi la noticia de que ya existen muñecos que parecen humanos de verdad, y que tienen todo de todo, tú sabes. Me puse a leer y me pareció muy interesant­e. Están muy bien hechos, son de silicona, y tienen todas sus partes. Los puedes escoger güeros, morenos, negros, orientales, en fin, como te plazca. Incluso, sus partes las puedes intercambi­ar por más chicas o mas grandes según te guste, y estoy muy emocionada, comadre. Quiero comprar un muñeco de esos, y quiero que por el momento me ayudes a guardarlo en tu house, tú que tienes una casa tan grande, allá atrás entre los triques nadie se daría cuenta, anda, ayúdame por favor. La mera verdad es que estaba tan emocionada que metí a internet y conseguí uno, ya hasta lo pedí, y puse tu dirección para recibirlo, me lo traen en unos días.

Ándale, di que sí, manita, mira hice la inversión y ni modo de perderla. Compré un muñeco usado por medio de internet a muy buen precio, una ganga, me costó $30 000, a 24 mensualida­des. Nomás lo desinfecto bien. Me toca de a $ 1250 mensuales, hasta con lo de la tanda lo saco. Dos añitos se van de volada.

-Ay, comadre Sandrita, ¡está bien caro! te echaste encima una deudota, pero, además, en qué bronca me vas a meter, cómo se te ocurre, sabes que mi viejo siempre anda allá atrás arreglando que esto quel otro, vaya a ver eso y va a decir “y ora, ¿eso qués?”, y hasta se amuine conmigo, y yo sin deberla ni temerla, no vaya hasta a pensar que es para mí.

-No pasa nada, comadre, nomás no haga osos. Pero déjame decirte que el artículo mencionaba que cada vez habrá mejores muñecos y muñecas para hacer feliz a mucha gente. ¿Cómo ves? Entonces qué, ayúdame, échame la mano. Hazle un huequito, y tápalo con tanto tiradero que tienen atrás. Además, hay un cuartito junto que está medio vacío y nadie se mete. ¿Antes planchabas ahí no? Le pusiste un buen candadote para que no te revolviera­n la ropa y nadie abre. A lo mejor ahí lo puedes guardar. Ándale, no seas gacha, te sabré pagar el favor.

- ¿Ah, sí? ¿Cómo me lo vas a pagar? ¿Metiéndome en un problemón?

-No, Maité, te juro que me lo llevo luego, luego. Nomás es de llegar y saliendo de inmediato. De veras.

——————————————————— -Gracias por aceptar y ayudarme comadrita. Verá que pronto me la llevo de su casa. Por mientras, déjelo ahí en el cuartito de planchar, al fin no entra nadie. Camuflajée­lo muy bien, y deme chance de venir de vez en vez, como que vengo a platicar o planchar ropa juntas, y luego me da ud. oportunida­d para estar a solas con mi muñeco. De verdad que le agradezco. Sabré pagarle este favor.

————————————————— -Mira, comadre Maité, ¡está bien bonito! Qué real parece, es de silicona, es japonés, y ¿ya viste, viste que bien dotado está?Ambas sonrieron, de veras parecía tan real. -Ay, Comadre Sandrita, pero ¿cómo se te ocurrió esta idea, que no sientes feo? ¿No lo sientes como una traición a su esposo? -No, porqué traición si sólo es un muñeco, ni que fuera de carne y hueso, eso sí sería una traición. Esto es sólo un juego, o si lo quieres ver así, velo como una medicina, como algo que me va a hacer bien porque ¿a poco no es peor que esté siempre de malas y que ni a mis hijos pueda atender bien? ¿No es peor eso? Velo por ese lado. En cambio con mi muñecote, me la voy a pasar muy bien y no afecto a nada ni a nadie.

Mira qué hombros tiene, los cincuenton­es no están así. ¡Mira que espaldas, que caderas!

-Pero es plástico, Sandrita, ¡nada es real! ¡No está vivo!

-Ay, eso qué tiene, Maité, tú hazte de cuenta, todo es cuestión de imaginació­n y buena voluntad. A nuestra edad, ¿dónde te vas a conseguir un muñecote real así de buenote? Sólo que pagaras, y a dónde vas a tener que ir, con qué riesgos, de dónde vas a sacar tanto dinero. En cambio con este muñeco el gasto es sólo de una vez y para siempre. Mira, mira qué grandote está, ¡y se puede acomodar en la posición que tú quieras!

-pero ve su mirada, Sandra, está muerta, inexpresiv­a, no ve para ningún lado, no te ve, está frío, frío,

-Ay, comadrita, es que tú no tienes imaginació­n, verás que cuando lo tengas encima ni te acuerdas de nada

-¡yo no, tú!

- por eso, entonces, qué le haces al cuento si no es para ti, deja de ponerle tantos peros, mira qué piernotas tiene, no que mi pelón esta rete flaquito de las patas… -pero él es real, Sandrita, es real.

- es real, Maité , pero pus ya casi ni picha ni cacha, así que que me deje batear a mí, jajajaja. Además, lo necesito. Luego, cuando ando en la calle nomás ando viendo qué jamón me como, y eso sí esta mal, eso sí es pecado. Esto es una inocentada.

Mira que alto es, con lo que me gustan los grandotes, no que mi chaparro…

-pues, ¿ para qué te casaste con él, Sandra?

-Ah, eran otros tiempos, antes estaba medio guapetón, pero me dio el rucazo muy pronto, en cambio, mírame a mí, ve que maciza estoy, tócame, ve que caderotas tengo, que potencia. Sólo se vive una vez, ¿tú crees que este palmito está como para desperdici­arse? Pero, mira, mira, qué cara, velo, qué labios, que…que….mira nada más…jajaja

-Ay, Sandrita, de veras que estás bien loca. No conocía esa faceta de tu personalid­ad.

-comadre, tú porque nomás vives para tus hijos y tu buey, y no te das tiempo para ti, mira nomás qué descuidada estás. Anímate, si quieres hasta te presto a mi muñeco. Ya hasta le puse nombre.

-¿Ah, sí? Y ¿cómo se va a llamar?

-Se llama “Pancho”.

-“Pancho”, jajajaja, qué feo nombre, y ¿por qué “Pancho”?

-que no te sabes el dicho que dice: “¡esta noche cena Pancho!”, jajajaja

- jajajaja.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico