Marcos Arellano

Si bien no existe el descenso en nuestra bendita Liga MX, los equipos de abajo luchan de igual manera para evitar una multa millonaria, que en tiempos de pandemia y la crisis mundial, se vuelve un castigo muy duro para equipos que no tienen los recursos suficientes para solventar un buen proyecto deportivo.

Tal es el caso de Gallos Blancos, que pagar 120 millones de pesos ó 70 ó 50, sería un golpe durísimo para una institución que desde que llegó ha batallado para solventar los gastos que representan el tener un lugar en el máximo circuito.

Por ello el triunfo sobre el Atlas del pasado domingo cobró doble relevancia, primero porque se aumentaron su ventaja a 23 puntos sobre los rojinegros y segundo porque salieron de la zona de multas (descenso), en la que los últimos tres de la tabla porcentual tendrán que abrir la cartera si no quieren llenarle los bolsillos a la Federación.

Mazatlán está abajo dos puntos al igual que Juárez, Tijuana a tres y el Atlético de San Luis está abajo pero con su porcentaje volátil podría salir del penúltimo lugar en una racha positiva.

Así que el Gallo tendrá que hacer un buen torneo y no quitar el ojo de estos rivales si es que quiere evitar pagar un dinero que le sirve para reforzarse o bien, para invertir en las fuerzas básicas que buena falta le hacen, luego de la terrible exhibición que dieron el torneo pasado.