NACIÓ PARA COMBATIR EL INCIPIENTE FEMINISMO MEXICANO DE LOS AÑOS 20 DEL SIGLO PASADO EN YUCATÁN
En menos de 50 días en 1922 un periódico nacional: Excélsior, instituyó el Día de las Madres Mexicanas argumentando una idea central : a “ella que te dedicó la vida, tú conságrale un día”. Pero en realidad fue una respuesta política de tres bandas, contra el gobierno socialista de Felipe Carrillo Puerto en Yucatán, contra la demanda magisterial y social por una educación racionalista y para acallar la insurrección de las mujeres yucatecas por sus derechos sexuales y reproductivos.
El pretexto fue que ellas, ya “aleccionadas” en asambleas mixtas llamadas Lunes Rojos, de los socialistas radicales, leían un folleto llamado La Brújula del Hogar, que tenía consejos de cómo espaciar sus embarazos. El 13 de abril de ese año, tomaron las calles para exigir anticonceptivos y educación racionalista para sus hijos.
Aunque la organización de las yucatecas tenía el antecedente de dos Congresos Feministas en 1916, donde elaboraron demandas específicas, sociales, políticas y económicas, en 1922 se atrevieron a lo que Rafael Alducin, dueño del rotativo, llamó a “desplegar una campaña suicida y criminal en contra de la maternidad”, refiriéndose al folleto La Brújula del Hogar de autoría de Margaret Sanger ,fundadora de la política de población, denostada en Nueva York en 1910 por la liga de la decencia, folleto que tradujo al español y al maya Alma Reed, conocida popularmente como La Peregrina, quien fue periodista y trabajadora social, que como corresponsal llegó a Yucatán, y se le atribuyó una relación amorosa con Felipe Carrillo Puerto.
El colmo era que ese folleto se repartía en todo Yucatán. La convocatoria de Alducin, prendió como pólvora, rápidamente, como si habláramos de los contenidos de las hoy redes sociales, de modo que en tiempo récord, el dueño del diario sumó a su iniciativa a la Iglesia, a las cadenas de tiendas, al Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, a un amplio sector de hombres y mujeres, para rechazar, esa “campaña suicida” , y a lo largo de 102 años esta festividad “entre empalagosa y reparadora… Ha logrado, además, una verdadera estructura mental colectiva”, donde las mujeres son valoradas y aceptadas esencialmente como madres.
Los hechos investigados y narrados por Marta Acevedo, pionera del feminismo mexicano, en el libro “El 10 de Mayo” publicado por la Secretaría de Educación Pública en 1982, historia que corrigió y aumentó en 2022, en “A cien años del 10 de mayo” publicada por la UNAM, sostiene que estamos en otra realidad, de aquella de los años 20, donde el escándalo ante los anticonceptivos –legalizados en México en 1974–, se ha pasado, dice la autora, al derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre su sexualidad y su maternidad.
Acevedo sostiene que entre todos los enfoques posibles, la propuesta del día de las madres insistía en la celebración de un ideal de sacrificio y abnegación que decretaba la maternidad como el sentido máximo (y casi único) en la vida de una mujer, lo que intuyó la convocatoria de un medio tan poderoso como Excélsior, secundada por la iglesia católica, los comerciantes y las autoridades. Los comerciantes percibieron de manera inmediata la relevancia económica del festejo, por eso la campaña no podía ser sino un éxito. Las loas a las madres llegaron aparejadas con el detalle indispensable: ¿acaso podría haber celebración sin regalo?