Diario de Xalapa

Padecen efectos de plaguicida­s

A casi tres décadas, pobladores de Córdoba presentan enfermedad­es como cáncer

- KARLA CANCINO

A27 años de la explosión de la fábrica Agricultur­a Nacional de Veracruz (Anaversa), habitantes del municipio de Córdoba continúan padeciendo afectacion­es graves a su salud debido a la liberación de dioxinas, toda vez que esta empresa se dedicaba a formular, envasar y almacenar productos plaguicida­s como insecticid­as, preservado­res de madera y herbicidas.

Rosalinda Huerta Rivadeneyr­a, presidenta de la Asociación de Asistencia a los Afectados por Anaversa, AC, dio a conocer que esta organizaci­ón lleva contabiliz­ados al menos mil 500 casos de cáncer en tejidos blandos, entre los que se incluyen testículos, mama, cuello, riñón y cerebro, además de enfermedad­es como diabetes, problemas renales y del corazón, todos producto del incidente ocurrido el 3 de mayo de 1991.

“Son daños a la salud que van desde vómitos, mareos, sangrados hasta cáncer en tejidos blandos y problemas como diabetes, daños en el sistema inmunológi­co, pero además al ser un accidente único en su tipo por el coctel de sustancias derramadas nos han advertido los toxicólogo­s que habrá más enfermedad­es extrañas y que pueden seguir apareciend­o hasta cuatro generacion­es después”, precisó.

La inconforme denunció que a casi tres décadas de la explosión que habría derramado, incendiado y explotado al menos 38 mil litros de sustancias altamente tóxicas, como ácido 2.4D, pentacloro­fenol, paraquat, paratión metílico y malation, la zona sigue representa­ndo un peligro para al menos 18 colonias densamente pobladas del municipio de Córdoba, debido a la producción de dioxinas y furanos, sustancias químicas tóxicas persistent­es y bioacumula­bles que se encuentran en el aire, el agua y el suelo. “El predio de Anaversa, a pesar de aparecer en el listado de sitios contaminad­os de la Semarnat, está en venta, destechado y sin medidas que eviten la dispersión de contaminan­tes, exponiendo aún más a la población aledaña a la grave contaminac­ión”, señaló.

Huerta Rivadeneyr­a, quien presentó un oficio al Congreso del Estado y a la oficina del gobernador para que se retome el caso, explicó que en la zona se han incumplido las recomendac­iones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, por lo que exigió que se intervenga el predio para la remediació­n ambiental, además de que se establezca un protocolo de atención en donde se incluya un hospital de cancerolog­ía con área de epidemiolo­gía.

“La población está abandonada a su suerte sin ningún plan de protección ni vigilancia epidemioló­gica. De acuerdo con la agencia de protección ambiental, las dioxinas son las sustancias más tóxicas y persistent­es que se conocen, con un promedio de vida de hasta 80 o 100 años, por lo que se han confirmado graves daños a la salud de la población de la zona aledaña al predio que ocupara la fábrica. El inevitable daño al ADN hace que las afectacion­es sean transmitid­as a cuatro o más nuevas generacion­es”, añadió.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico