Diario de Xalapa

El pájaro azul habita en nosotros mismos

Jugamos al avestruz. Escondemos la cabeza mientras tenemos que enfrentar tiempos violentos y un caótico sistema consumista, responsabl­e de una hambruna física

- ROSA MARÍA CAMPOS taca.campos@gmail.com

Ytambién una hambruna espiritual. Con esta hambruna espiritual nos ha llegado una epidemia de chamanes, brujos, gurús de vestimenta­s extravagan­tes y lenguaje indescifra­ble, quienes se nos presentan como los salvadores del mundo y lo único que hacen es abusar a diestra y siniestra de la credulidad y buena fe de sus devotos. Estos “maestros espiritual­es tramposos”, que en ocasiones aparecen y desaparece­n cosas, caminan sobre el agua o el fuego y son inmunes al dolor para capturar a quienes se niegan a asumir su propio poder, proceso y decisiones. Nos han inundado estos falsos “maestros” que sacrifican deliberada­mente la verdad a favor de sus propios fines. Los que dicen saber, pero nada saben, y lo único que logran con su falsedad es enredar y confundir a los incautos que caen en sus manos. Humanos jóvenes, o muy débiles e impresiona­bles, se convierten en presa fácil de estos sinvergüen­zas para que los exploten y manipulen a través de sus conocimien­tos y poderes. Por tal razón es necesario aprender a discernir entre quién puede resultar un falso o verdadero maestro, gurú, sanador, iluminado o chamán. Tal motivo nos impulsó a escribir una guía para que se reconozca a un gurú o maestro espiritual tramposo: Primero, el verdadero maestro espiritual, iniciado, iluminado o como usted quiera llamarle, jamás pregona que lo es y menos publicita sus milagros, poderes o se atreve a pedir dinero para llevar adelante su trabajo espiritual. Segundo, el verdadero maestro no vende la foto que lo diviniza ni se abroga posiciones da autoridad o infalibili­dad para coartar o cohibir directa o indirectam­ente la plena libertad individual. Y por último, es importante recordar que ningún viaje circular como el que hiciera Tyityl y Mtkyl en busca del Pájaro Azul, símbolo de la felicidad, puede resultar. El Pájaro Azul habita de dentro de nosotros mismos.

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De maestros místicos tramposos está inundado nuestro hábitat cotidiano /Cortesía

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