“El hombre
es un lobo para el hombre”. Así pues, heredero de los planteamientos de sus predecesores afirma la especie de malicia de que se reviste el hombre en lo más íntimo de su ser. Esta especie de malicia que se predica del hombre es la que a todos pone en estado de alerta, respecto del resto de la humanidad y entonces, para no perecer, presa del lobo que me rodea, es necesario llegar a un acuerdo de convivencia.