Cáncer cervical: evaluación y tratamiento
George Nicholas Papanicolau (1883-1962): Nació el 13 de mayo de 1883 en Kymi, ciudad costera de la isla griega Euboes. Su padre, Nicolas Papaenicolau, era médico. Su madre se llamaba María Georgiou Kritsouta.
En 1898 comenzó los estudios de medicina en la Universidad de Atenas, que finalizó a la edad de 21 años. Marchó a Estados Unidos. Llegó a Nueva York con su mujer María Mavroyeni.
En 1928 Walter Schiller desarrollaba un test con Lugol; descubrió que el epitelio escamoso diferenciado contiene glucógeno y podía colorearse en vivo con una solución de Lugol y que por, el contrario, el epitelio anómalo y carcinomatoso no contiene glucógeno y, por tanto, no toma el colorante (test de Schiller). En el hospital de Nueva York, Papanicolau sometió a todas las mujeres del servicio de ginecología a una citología exfoliativa, se trataba de una prueba sencilla, no dolorosa, mediante una espátula se obtenían células del fondo de la vagina y del ectocérvix. Con un pequeño cepillo redondeado se tomaban células del interior del cuello y se procedía después al estudio citológico es lo que se hace ahora. Los resultados fueron contundentes; el uso rutinario de esta técnica permitía diagnosticar un buen número de casos de neoplasia uterina asintomática que no eran visibles por el ojo y que sólo podían demostrarse por biopsia. Éste es actualmente es “el test” de Papanicolau.
La infección por Virus del Papiloma Humano es el precursor del desarrollo del cáncer cervical y se detecta en 99.7 % de los casos de carcinoma epidermoide. La detección temprana de lesiones precancerosas con la prueba de Papanicolau sigue siendo el mecanismo primario de prevención de cáncer. Una vez diagnosticado el cáncer cervical, el tratamiento comprende cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación. La elección de terapia depende de la etapa de la enfermedad, la invasión de ganglios linfáticos, las enfermedades concomitantes de la paciente y los factores de riesgo de recurrencia. La etapa temprana, que es la enfermedad microinvasora, se puede tratar con cirugía sola, si los márgenes son negativos y no existe invasión de ganglios linfáticos; la quimioterapia complementaria debe considerarse en otras enfermedades en etapa temprana. La enfermedad localmente avanzada a menudo se trata con quimio-radiación. La adición de bevacizumab, un anticuerpo monoclonal antifactor de crecimiento endotelial vascular, a una quimioterapia combinada mejora la supervivencia en pacientes con cáncer cervical recurrente o persistente o metastásico. La etapa de la enfermedad y la invasión de ganglios linfáticos son los factores pronósticos más importantes. El estado de embarazo y el deseo de conservar la fertilidad deben considerarse cuándo se desarrolla una estrategia de tratamiento. Después del tratamiento se recomienda un seguimiento estrecho con un ginecólogo-oncólogo para revisiones pélvicas regulares para evaluar en busca de recurrencia.