¿Nihilismo? Mejor defender los valores
Los valores son elementos clave en la sociedad para un sano desarrollo hacia un bien común, ya que proporcionan armonía en las relaciones interpersonales: el respeto, la tolerancia, el amor, la libertad, la paz, la lealtad, la responsabilidad, la justicia, la equidad y la honestidad. Si se lleva a cabo cada uno de éstos seguramente la vida es muy fácil de llevar.
Hay un valor muy importante como el respeto a la vida, que en estos tiempos es tan perseguido, la vida que viene del Ser supremo y se pretende decidir sobre su desarrollo en el vientre y sobre su término en la ancianidad o en la enfermedad. No se pretenda caer en un nihilismo, esta realidad es quitar los valores humanos, religiosos, morales, éticos, políticos, es hacerlos un lado porque no hacen falta, porque quizás se ha manifestado que no han servido según conveniencia en la vida del hombre y se pretende que el hombre sea libre de poder realizar todo lo que crea que está bien o para poder ser feliz, aunque valla en contra de las normas que se plantean en los
diferentes ambientes religiosos, éticos, políticos. Esta postura nihilista la declara el filósofo alemán, Nietzsche.
El nihilismo tiene un sentido positivo encarnado en el método genealógico nietzscheano que desenmascara los falsos valores y proclama que «Dios ha muerto», lo que significa que no hay propiamente un sentido, y que aquellos que habían sido considerados los valores supremos se desvaloran. La moral como consecuencia, como síntoma, como máscara, como enfermedad, como malentendido; pero también la moral como causa, como medicina, como estímulo, como freno, como veneno, un conocimiento que hasta ahora ni ha existido ni tampoco se lo ha siquiera deseado. Parece que en la actualidad hay un deseo intenso de que desaparezca la moral, los valores y entonces haya libertad de poder hacer todo aquello que la voluntad desee realizar. Creemos tener potestad sobre la vida al querer interrumpir un embarazo o envenenar a un enfermo, a un anciano; otra situación es querer cambiar el modelo de familia natural y querer implementar nuevas opciones de uniones, otra situación es la violencia, asesinar sin piedad a seres humanos, entre otras situaciones reales que podemos ver en los medios de comunicación, para muchos estas situaciones deben ser aceptadas y casi promulgadas como un derecho.
En este inicio de año dentro de los propósitos sea que dondequiera que estemos procuremos defender y fomentar los valores humanos y cristianos, respetando normas y la moral dando siempre su lugar en nuestros ambientes, para una sana convivencia. Ayudar a los niños y jóvenes que puedan distinguir con claridad los valores que nos ayudan realmente en la sociedad y que valen la pena defender, y sobre todo que nos ayudan a ser felices, saber tomar decisiones sabias, ejerciendo como es debido la libertad.