Una receta icónica en España que se ha vuelto un clásico en el mundo entero Tortillas de papas perfecta
La tradicional tortilla de papas (patatas) es una preparación muy popular, pues su versatilidad le permite ser un bocado para tapear, acompañar otro plato o ser la estrella de la comida.
Aunque pueda parecer sencilla de elaborar, siempre es ideal apuntar a la excelencia. Por eso, algunos tips siempre serán de utilidad para lucirse en la mesa.
Como en cualquier preparación, la calidad de los insumos tiene una gran cuota en el resultado. En este caso, todo se centra en las papas y los huevos. Escogerlos frescos y con buen aspecto es el primer paso. También es ideal optar por un buen aceite de oliva.
CUIDADO CON LA PROPORCIóN
Al hacer una tortilla de papas, lo aconsejable es que no esté ni muy líquida ni muy sólida, aunque esto puede variar según el gusto. Por lo tanto, se debe buscar un equilibrio entre los insumos para dar con la textura adecuada. Muchos expertos comparten sus formas de obtener la proporción. Algunos dicen que por cada kilo de papas peladas (normalmente entre seis y ocho), debe haber ocho huevos. Otros argumentan que por cada tubérculo del tamaño de un puño, debe haber un huevo. Tradicionalmente, al momento de cocinarlas, se suelen laminar. Sin embargo, algunos cocineros prefieren cortarlas en cubos, de manera que no hay una norma al respecto. La sugerencia es que el aceite esté lo suficientemente caliente para que no sea absorbido por las papas y se pueda conseguir una textura confitada y no frita.
Los conocedores aseguran que mientras éstas se hacen, hay que batir los huevos. Así, una vez que estén listas, se les retira el exceso de aceite y se mezclan los insumos. Luego de hacer esto último, lo más sensato es dejar reposar el preparado entre cinco y 10 minutos.
Muchos cocineros explican que la sal u otras especias se debe añadir a los huevos. Así que al momento de batir y antes de integrar con los otros ingredientes, se recomienda sazonar.
Al momento de hacer la tortilla es primordial que se utilice una sartén antiadherente para evitar dolores de cabeza. Sólo se le añaden unas cuantas gotas de aceite de oliva, se deja calentar y se vierte la mezcla. Con la ayuda de una espátula se cuida de que no se pegue por los bordes. Una vez que cuaje la parte inferior, se mueve la sartén para verificar que está despegada y se procede a darle la vuelta con ayuda de un plato.
En cuanto al tiempo de cocción, éste depende de lo que busque el cocinero. Mientras más se deje, más cuajada será.