Urge salvar el río Blanco
Sólo una planta sanea el afluente, que recibe descargas de municipios y empresas
ORIZABA, Ver., 12 de enero.- Además del Actopan y Jamapa, el río Blanco es uno de los afluentes más contaminados en el estado y el país tanto por las descargas de algunos municipios como de las industrias, lo que ocasiona graves afectaciones tanto a cultivos como a sistemas de producción pesquera. Sin embargo, uno de los tramos de esa gran subcuenca, específicamente la de la parte alta, está mejor atendida que el resto, pues de alguna forma se da tratamiento a las aguas residuales a través de la Planta de Tratamientos de la Cuenca Alta del Río Blanco (Firiob).
Dicha infraestructura sanea las aguas sucias provenientes de seis municipios que están conectados, así como las que generan algunas empresas que tienen cierto compromiso ambiental. Otras industrias de la zona tal vez tengan sus propias plantas, pero si no las tienen están fuera de la ley.
Hace algunos años hubo inversiones de parte de los ayuntamientos. En la actualidad falta asegurarse de las aguas residuales que generan las poblaciones no caigan al afluente, pues hay una red de tubos colectores para captarlas, pero todavía algunos drenajes caen al cuerpo de agua.
La Firiob, que se ubica en el municipio de Ixtaczoquitlán, sigue funcionando. No se compara con la que existía a finales de los años 90, que liberaba dioxinas cancerígenas, situación que motivó la intervención de Greenpeace y dio paso a una rehabilitación en la que el gobierno invirtió 150 millones de pesos para reponer cuatro de los 12 reactores, que son los que funcionan y que actualmente tratan las aguas de esos municipios y empresas que forman parte.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) registra en Veracruz 101 plantas de tratamiento, pero la inmensa mayoría no funciona o lo hace con severas deficiencias.
Graciano Illescas Téllez, presidente del Consejo Intermunicipal de Ambientalistas (CIMA), ejemplificó que Tlacotalpan, ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, padece la falta de tratamiento de sus aguas residuales, pues aunque tiene una planta que curiosamente recibe las aguas residuales del municipio, además de que no les da el tratamiento adecuado, su tubo de salida arroja las aguas sucias a una extensa superficie de tierras agrícolas. De tal manera que además de contaminar cultivos provoca inundaciones.
Está también el caso de la planta de tratamiento ubicada junto a un Área Natural Protegida, Arroyo Moreno, en Boca del Río, la cual empieza a tener cuestionamientos sociales.
En medio de ese panorama, la planta de tratamiento Firiob cumple con su función, ya que el agua que libera al río Blanco en la parte sureste de Ixtaczoquitlán va con un mínimo nivel de contaminación, lo cual es muy valioso. INGENIOS, GRANDES CONTAMINANTES
Las acciones de saneamiento que se hace en la parte alta se ven minimizadas en la parte baja de Ixtaczoquitlán, pues todas las empresas que están en esa área siguen tirando sus aguas residuales al afluente. Illescas Téllez, tras hacer una convocatoria muy cordial a los directivos del ingenio El Carmen, que está en Cuautlapan, explicó que los ingenios azucareros producen como contaminante importante las vinazas, que si bien las generan ellos las utilizan los agricultores como fertilizante para sus tierras agrícolas, pues se las regalan.
En efecto, las vinazas tienen propiedades fertilizantes, pero como sucede con los productos agrícolas se tienen que diluir en agua, debe ser un determinado porcentaje. En el caso de la vinaza, cuando se utiliza en las tierras sin la debida dilución en agua se ocupa de manera indiscriminada y sobre todo cerca de arroyos, va a parar al agua y sus efectos en los peces son devastadores.
“Si a nosotros en un pequeño rasguño nos cae vinaza, nos arde; imagínate lo que hacen las vinazas a un pez en sus branquias, obviamente destruyen la pesca y también provocan que la fotosíntesis en el agua se reduzca, eso hace que la vida acuática vaya desapareciendo”.
De alguna forma la justificación que tienen los responsables de los ingenios es que ellos existen desde mucho antes de las leyes ambientales, que son muy recientes —desde los años 90 para acá se ha incrementado enormemente la normatividad ambiental— pero los ingenios ya existían y la ley no tiene carácter retroactivo. Esto quiere decir que los ingenios azucareros no hicieron estudios de impacto ambiental y han seguido funcionando con una tecnología arcaica, del siglo pasados.
“Que asuman un compromiso y que aun no estando sujetos a esa normatividad cumplan parámetros de desempeño ambiental para disminuir los problemas de contaminación que generan”, expresó.
AFECTACIONES
La laguna de Alvarado, que es muy valiosa y donde vive una especie que debiera ser emblemática para Veracruz como es el manatí, especie en peligro de extinción que diera origen a la leyenda de las sirenas y que ahora sólo se puede observar en el Acuario de Veracruz, es uno de los más afectados por la polución del río Blanco, por lo que muy difícilmente se encuentra un manatí en ella.
Reconoció que tanto las autoridades como la población del Distrito de Tierra Blanca, Tlalixcoyan y Alvarado afirman que de esta región se exporta la contaminación a esas zonas, fundamentalmente al sistema lagunar de María Lizamba en el municipio de Tierra Blanca, que junto con Alvarado son zonas muy importantes para la pesca al genera una economía muy importante para muchas familias de escasos recursos, ésto no es así, insistió.
Y es que de alguna forma se ha hecho un esfuerzo muy grande para no seguir contaminando el río Blanco, aunque todavía falta mucho por hacer porque todos los municipios de las faldas del Volcán, como Maltrata, Acultzingo, Aquila, además de los de la sierra de Zongolica, carecen de esquemas de tratamiento, y gran parte de los ríos que atraviesan sus territorios van a parar al río Blanco; por eso la contaminación del mismo si bien no se ha incrementado, tampoco se ha reducido a un nivel tan significativo que permita que la población pueda nadar en ese afluente. Es en los municipios de las partes altas donde tiene que haber mayor compromiso por parte de los alcaldes.
El depósito de los residuos sólidos en lugares confinados y el tratamiento de las aguas residuales es responsabilidad de autoridades de todos los niveles, pero hasta ahora tanto la federal como estatal se echan la bolita de la contaminación por residuos diciendo que es competencia municipal y obviamente no todos los ayuntamientos tienen la capacidad financiera para hacer, por una parte, rellenos sanitarios que tienen costos altísimos, ni grandes plantas de tratamiento para sanear sus aguas residuales.
Es importante por ello diseñar, desde el municipio, programas encaminados a aprovechar el material reciclable para no tirar basura a los cuerpos de agua y que el resto se lleve a rellenos sanitarios y en lo regional y estatal tomar medidas para lograr disminuir la contaminación de este afluente, ya que de no hacerlo tanta contaminación seguirá pasando factura en la zona y continuará habiendo inundaciones y barrancadas.
GRACIANO ILLESCAS TÉLLEZ AMBIENTALISTA
Si a nosotros en un pequeño rasguño nos cae vinaza, nos arde; imagínate lo que hacen las vinazas a un pez en sus branquias”
“Estoy decepcionado con esto, y también un poco sorprendido, para ser honesto”