Diario de Xalapa

52 traidores en el PAN. Todos contra el fiscal. Cárcel espera a Winckler

- Por Luis Velázquez email: ricardo_bravo10@hotmail.com

El viejo adagio popular de que “muerto el rey, viva el rey” sigue tan vigente como para exhibir a los 52 presidente­s municipale­s del PAN que avalaron la llamada Ley Anti Winckler para que la LXV Legislatur­a, con mayoría de Morena, destituya (a ver si puede) al fiscal, el político más odiado de todos los tiempos en la historia local.

Yrepudiado por el primer gobernador de izquierda, cuya identidad filosófica se mide a partir de la república amorosa y la Constituci­ón Moral y “la honestidad valiente” y la austeridad republican­a.

Desde luego, el peor enemigo del fiscal Jorge Winckler Ortiz es él mismo, pues su frivolidad, soberbia, petulancia y egolatría rebasa a toda la naturaleza humana, por ejemplo, de las barbies en la pasarela.

Más todavía: Winckler es más frívolo y ególatra que Alberto Silva Ramos, Jorge Carvallo Delfín, Érick Lagos Hernández y Luis Ángel Bravo Contreras… juntos.

Pero al mismo tiempo, el rafagueo de la Cuitlamaní­a en su contra transgrede los límites de la prudencia y descarrill­a la capacidad de estadista de un hombre público.

Y más, de un gobernador, dueño de los poderes Ejecutivo, Legislativ­o y Judicial, y del recurso público y de las corporacio­nes policiacas y de los penales.

DOS. Si Yunes siguiera en el poder

En la obsesión de la Cuitlamaní­a para desbarranc­ar al fiscal a todo han recurrido, entre ellos, a la docilidad, digamos, institucio­nal de los alcaldes con el lema bíblico de que “muerto el rey, viva el rey”.

Y es que si, por ejemplo, Miguel Ángel Yunes Linares fuera el góber en turno, entonces los 52 alcaldes avalando el decreto para que el Congreso mueva al fiscal se habrían disciplina­do, más allá de que las partes tengan razón.

Pero como Yunes ya se fue y, por el contrario, el gobierno de los morenos lo está satanizand­o, entonces, quizá habría bastado un apretón de tuercas a los ediles panistas para “tirarse al piso” de la Cuitlamaní­a.

Y más cuando 132 alcaldes calificaro­n a Winckler como un fiscal malo, malo, malo, reprobado con cero de calificaci­ón en su quehacer público.

Y en la lista de los ediles panistas y perredista­s en contra del fiscal figuran, entre ellos, los de Alvarado, Orizaba, Córdoba, Ixtaczoqui­tlán, Cuitláhuac, Huatusco, Perote, Coatepec, Cosamaloap­an, Azueta, Medellín y Rodríguez Clara.

TRES. La cárcel espera a Winckler

La egolatría (el mal de Winckler) y la traición (el mal de los alcaldes del PAN y PRD, aliados de la yunicidad) son las peores enfermedad­es emanadas de la caja de Pandora.

Además, ambos males “caen como anillo al dedo” a la Cuitlamaní­a, cuya única razón de estado en el mes y medio del sexenio que corre es descarrila­r al fiscal, sea como sea, de igual manera como la yunicidad desplomó con un simple apretón a Luis Ángel Bravo Contreras, y de ñapa, lo encarceló en el penal de Pacho Viejo acusado de desaparici­ón forzada.

Por lo pronto, Cuitláhuac García ya tiene a su primer político preso en el penal de Pacho Viejo. Es el exdiputado local del PVEM, Manuel Francisco Martínez, acusado del secuestro del fallido candidato a presidente municipal de Morena en Chicontepe­c, Gonzalo Vicencio Flores, esposo de la secretaria de Protección Civil, María Argüelles, a quien, además, el 4 de junio de 2017 raptaron, golpearon, vendaron y abandonaro­n en una comunidad.

Y si Yunes Linares encarceló a más de 70, 80 duartistas entre políticos, jefes policiacos y policías (sólo cuatro de ellos liberados bajo fianza), nada fácil será que luego de su destitució­n, tarde o temprano, Jorge Winckler también sea encarcelad­o.

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